lunes, mayo 23, 2016

Personajes: Rusty Collins


Nombre: Russell "Rusty" Collins.
Primera aparición: X-Factor #1 USA.
Historia: Rusty Collins fue criado por su tío en Oklahoma tras la muerte de sus padres, aunque no mantenían una buena relación y Rusty no tardó en abandonar la casa de su tío para alistarse en la marina de los EEUU con apenas dieciséis años. Sus poderes mutantes se manifestaron unos meses más tarde en San Diego, lugar en el que el barco en el que trabajaba hizo una parada, cuando uno de sus superiores le llevó a un pub local y le presentó a Emma Le Porte. Rusty estalló en llamas y quemó a la joven al ponerse nervioso cuando ella empezó a besarle. El chico huyó asustado y fue capturado no mucho después y su superior trató de matarle en la celda, provocando que los poderes de Rusty se descontrolaran y escapara al fundir parte de una pared. Este superior, llamado Fisher, avisó a Factor-X para que le detuvieran, aunque desconocía que, en realidad, Factor-X no era realmente un grupo que cazaba mutantes, sino que esta tapadera les servía para ayudar a jóvenes mutantes en el control de sus poderes, así que Rusty terminó viviendo con Factor-X y otros chicos en su misma situación en el cuartel general que tenían en Nueva York.
En los meses siguientes, Rusty fue entrenado por Factor-X y paulatinamente fue adquiriendo mayor control de sus poderes y entabló grandes lazos con sus compañeros Artie, Sangui, Bum Bum, Ríctor y, especialmente, Desliza, quien le salvó de una turba enfurecida.  Rusty llegó a enamorarse de Desliza  y trató de besarla  en cierta ocasión en que la chica quiso dejar atrás a Factor-X y regresar junto a los Morlocks, pero ella le rechazó al ver que Rusty perdía el control de sus poderes nuevamente y se encendía en llamas.  Posteriormente, al saber que Emma Le Porte seguía viva y que había quedado totalmente desfigurada, Rusty trató de obligar a Máscara, el curandero Morlock, a que la curase. El líder de los Morlocks le pidió que, a cambio, se dejara desfigurar. Sólo la desesperada intervención de Desliza devolvió la normalidad al rostro de Rusty.
Los jóvenes pupilos mutantes se vieron envueltos en las luchas que Factor-X mantuvo con La Verdad y Apocalipsis, por lo que corrieron serio peligro en varias ocasiones. Sin embargo, el entrenamiento realizado para mejorar sus poderes y el trabajo en equipo les valió para salir adelante. Al derrotar a Apocalipsis y a sus Jinetes, Factor-X se convirtió en un grupo de gran popularidad y pronto se supo que tenían a varios jóvenes bajo su tutela, así que Rusty y compañía recibieron una ingente cantidad de regalos de Navidad que repartieron en un hospital. 
Cuando Factor-X decidió internar a sus discípulos en distintas escuelas para no ponerles en peligro por su celebridad, Rusty decidió volver a la Marina, pero los chicos no tardaron en reunirse después de que Taki les avisara de que los demonios de N'Astirh habían secuestrado a Artie y Sangui para sacrificarlos en un ritual. Los Exterminadores se trasladaron a Nueva York y allí lucharon contra las hordas demoníacas que azotaban la ciudad y  acabaron encontrándose con los Nuevos Mutantes, con quienes unieron fuerzas para detener a N'Astirh. Tras la crisis, ambos grupos permanecieron juntos, a excepción de Sangui y Arti, y durante unos meses vivieron varias aventuras juntos.



Sin embargo, Rusty, en compañía de Desliza, fue nuevamente hecho prisionero tras un arduo enfrentamiento con la Fuerza de la Libertad y terminó en la cárcel, aunque no demasiado tiempo después luchó contra el Buitre y Nitro y trató de escapar de prisión, por lo que la Fuerza de la Libertad volvió a capturarle, siendo herido por la Mole. Rusty y Desliza terminaron uniéndose al Frente de Liberación Mutante de Dyscordia, que les rescató del hospital en el que se recuperaban de las heridas sufridas en el combate contra el equipo dirigido por Mística, en busca de la libertad para el chico. El villano no perdió el tiempo y rápidamente les lavó el cerebro para que se mantuvieran fieles al Frente de Liberación Mutante y olvidaran el adoctrinamiento recibido por Factor-X y los pupilos de Xavier. Con sus nuevos compañeros, Rusty se enfrentó con Cable durante una misión en la que debían robar un antiguo objeto ligado a Apocalipsis. Cable lanzó una dura ofensiva contra sus enemigos y a punto estuvo de acabar con sus vidas, aunque Rusty logró sobrevivir tras recibir un disparo.
Dyscordia atentó contra el Profesor X no mucho después, lo que hizo que todos los grupos X pusieran al Frente de Liberación Mutante entre sus objetivos prioritarios. Cuando X-Force, formado por los supervivientes de los Nuevos Mutantes, se enfrentó con el FLM en compañía de otros Hombres-X, Rusty luchó contra ellos sin atender ni recordar su anterior vínculo. Finalmente, tanto Rusty como Desliza terminaron siendo apresados junto al resto del Frente de Liberación Mutante una vez que Dyscordia desapareció y aparentemente murió, al caer en la corriente temporal junto a Cable. Semanas más tarde, X-Force les rescató de un ataque de los Amigos de la Humanidad, que quisieron acabar con ellos durante un traslado a otra prisión.
Sin embargo, no permanecieron mucho con sus antiguos camaradas de armas, puesto que Éxodo apareció para ofrecerle a Bala de Cañón y Mancha Solar un puesto en Avalon, el refugio para mutantes que Magneto y él habían establecido en el espacio. A pesar de la negativa inicial de la mano derecha de Magneto, consiguieron que todos los antiguos Nuevos Mutantes, incluido Rusty, pudieran establecerse en Avalon. Allí, Magneto usó sus vastos poderes para eliminar el lavado mental de Dyscordia y liberar al fin a Rusty y Desliza. Tras resolver las diferencias con su antiguo líder, X-Force decidió marcharse y regresar a La Tierra, pero Rusty y Desliza decidieron permanecer con Magneto como pago por haber roto el control de Dyscordia. Como miembros de los Acólitos, Rusty y Desliza permanecieron juntos hasta que, meses más tarde, los seguidores de Magneto descubrieron en el espacio un bloque de hielo que contenía en su interior una poderosa presencia mutante y lo introdujeron en Avalon. El ser era en realidad Holocausto, que robó la energía de varios mutantes para alimentarse y fortalecerse. Rusty fue uno de los Acólitos que falleció a manos de Holocausto.
Años después, Selene y sus seguidores desencadenaron una cepa del virus tecno-orgánico de Warlock y revivieron brevemente a muchos mutantes fallecidos que sirvieron como un ejército zombie que atacó la nación mutante de Utopía. Rusty fue uno de ellos.

Poderes: Rusty Collins era un mutante que poseía el don de la pyrokinesis, es decir, tenía la capacidad de crear llamaradas de distinta potencia alrededor de su cuerpo, que quedaba protegido con un campo  psiónico protector. Su pyrokinesis era limitada, ya que debía focalizar su objetivo y su radio de acción era limitado. 

Apariciones significativas: XF 1; XF 2, 4-5, 7-23, 27-33, 40-41, A3/2; UXM 315; TNM 72-87, 100; XM 13, 15, 25, 30, 40-42 ; XFO 24-25; CB 10-11; L:XT 1-4; L:CB 1-2; XMP; Odd Men Out.

domingo, mayo 22, 2016

Hemeroteca X-Men: nuevo planteamiento e intenciones

Los X-Men de los 90 vistos por el genial Russel Dauterman


Este mes de mayo, el proyecto Hemeroteca X-Men cumplió 12 años. Queda ya bastante lejos aquel año 2004 en el que se gestó la idea de crear un espacio en internet en el que tuviera cabida todo aquello relacionado con la Patrulla-X y muchos han sido los cambios sufridos desde entonces, intercalándose épocas de intensa actividad y otras de pausas prolongadas en el blog. En la actualidad, la Hemeroteca X-men goza de una excelente salud en su grupo Facebook, en el que cerca de 300 usuarios intercambiamos información, opiniones y comentarios variopintos sobre los mutantes de Marvel. También cuenta con una cuenta en Twitter y otra en Tumblr con cierta actividad que espero ir incrementando paulatinamente. Dado que es muy difícil por mi parte lograr el objetivo inicial de trasvasar los contenidos del blog a una página web (porque no soy capaz de gestionar webs, básicamente), habrá que mantener el blog e irlo animando con nuevos contenidos. De momento, pienso ir haciéndolo de la siguiente manera:


  • Fichas de cómics: fue la idea inicial de la Hemeroteca X-Men y servirá como perfecto complemento hacia la Cronología X que me gustaría preparar.
  • Cronología X: una cronología argumental que sirva también como guía de lectura.
  • Fichas de personajes: hace unos diez años comencé también a preparar una enciclopedia mutante con vistas a su publicación. Dado lo inabarcable del proyecto, quedó en punto muerto hace un par de años, pero hay un material enorme ya realizado al que puedo ir dando salida aquí.
  • Reseñas de sagas actuales: sagas posteriores a Secret Wars.
  • Fotoblog mutante: publicaciones ligeras con imágenes mutantes.
  • Algún artículo de opinión ocasional.

Quedan fuera de mis planes actividades que tuvieron mucho éxito en el pasado, como las noticias USA, las reseñas mensuales y demás, pero ya creo que abarco bastante con esto. Probablemente, hasta sea demasiado y acabe dejando cosas por el camino. Por supuesto, si alguien quisiera colaborar, de forma fija o puntualmente, puede ponerse en contacto conmigo a través de los comentarios de esta entrada, en el grupo Facebook o a través de Twitter. 

A ver si a la enésima resurrección del blog va la vencida.

domingo, abril 24, 2016

La Extraordinaria Patrulla-X de Jeff Lemire y Humberto Ramos. Impresiones iniciales.

Artículo publicado originalmente en Zona Negativa y que rescato aprovechando que ya se están editando estos cómics en nuestro país.


Los lectores de las series de la franquicia mutante de Marvel estamos acostumbrados a que los personajes enfrenten diversas situaciones imprevisibles, casi como si fueran un reflejo distorsionado de la incógnita “X” que tan bien luce en las portadas de las distintas series que protagonizan. Desde la marcha de Chris Claremont, generalmente, nos encontramos con etapas brillantes o excelentes de corta o media duración que están precedidas por una época larga y mediocre de la que únicamente escritores capaces pueden desarrollar posteriormente alguna idea allí planteada. Es por eso que muchos hemos estado esperando con impaciencia lo que ocurriría con los mutantes tras el final de Secret Wars, el gran último – bueno, penúltimo – evento de la Casa de las Ideas, ya que la rumorología sensacionalista apuntaba a un final abrupto de las publicaciones parecido al de la cabecera de Los 4 Fantásticos para dar mayor protagonismo a los Inhumanos por su presencia en el universo cinematográfico de los Marvel Studios.

En realidad, esa amenaza inminente para el futuro de los mutantes está muy presente en las páginas de La Extraordinaria Patrulla-X, la nueva serie escrita por Jeff Lemire y dibujada por Humberto Ramos, pero solamente a un nivel casi metafórico, ya que la posible desaparición de la especie mutante sí está ligada a los Inhumanos, pero no por su éxito entre el público, si es que lo tienen a día de hoy, sino que es consecuencia directa de los hechos que viene narrando Charles Soule en las cabeceras donde cuenta las aventuras de la raza inhumana. Lemire también saca buen provecho de algunas de las ideas heredadas de la anterior etapa, la de Brian Michael Bendis como director de escena, para dar una sensación de continuidad bastante fluida pese a lo que supone el abrupto corte de varios meses entre el final del paso de Bendis por la franquicia y los hechos relatados en la nueva cabecera. Cuando el de Cleveland fue anunciado como el nuevo guionista de las series principales de la franquicia-X muchos no supimos qué esperar. Teníamos en mente su más que polémica etapa en Los Vengadores, criticada y alabada por igual entre el fandom por lo rupturista de su concepto inicial. Sin embargo, la andadura de Bendis será recordada por presentar dos ideas bastante potables que desarrolló con desigual resultado  y que, insisto, en manos de guionistas capaces, pueden dar mucho de sí y parece que Lemire tiene algo en mente con ellas tras la lectura de sus tres primeros episodios.
 En primer lugar, BMB apostó por traer el presente a la Patrulla-X original para convencer a Scott Summers de lo equivocado de su planteamiento tras la muerte del Profesor Xavier. Tal y como comenzó, esta ocurrencia parecía que iba a ser una genialidad, pero el desarrollo de personajes se estancó y solamente evolucionó a trompicones, como si de un símbolo de la convulsa adolescencia de sus protagonistas se tratara. Lemire recoge el testigo de Bendis dando un gran protagonismo a la joven Jean Grey, que intenta desesperadamente no cometer los mismos errores que su versión adulta, pero a ojos veteranos como los míos resulta evidente que está haciendo exactamente lo contrario. Lemire sitúa a Jean en la Universidad, alejada de la Patrulla y del triángulo amoroso que mantenía con Cíclope y Bestia de una forma análoga a las vivencias del personaje en los primeros tiempos de la serie de los años sesenta. Como es previsible, lo inevitable sucederá y acabará accediendo a acompañar a Tormenta y al Hombre de Hielo en busca de una solución a la extinción mutante. Algo parecido a lo que ya ocurrió en el pasado cuando el personaje tenía aproximadamente la misma edad. El futuro parece repetir el pasado, tal y como asegura un Viejo Logan acosado por las visiones del asesinato de la Patrulla-X a sus manos. La incorporación de este personaje creado por Mark Millar, y rescatado del Mundo de Batalla, es un gran aliciente para los lectores veteranos, ya que asistimos no ya al reencuentro entre éste y Jean Grey, sino a una nueva dinámica en su relación personal al vincularles a través del miedo a que su destino ya esté escrito. En estos primeros números el mayor interés de ambos está en no morir por la Patrulla-X, en el caso de la Chica Maravillosa, y en no matar a sus compañeros para el Viejo Logan, por lo que su unión al nuevo grupo supone un gran reto para ambos.

En segundo lugar, no está de más recordar que la verdadera revolución mutante planteada por BMB se vivió en las páginas de la Imposible Patrulla-X a través de las decisiones que Cíclope, Magneto y los suyos tomaron, llevando a los mutantes y al sueño de Xavier a un punto de aparente no retorno que quedó refrendado cuando Kitty Pryde dejó el bando de Lobezno para unirse a Scott Summers. Con Bendis, Cíclope se convirtió en el representante más extremo de la idea de convivencia entre humanos y mutantes y, con Lemire, Cíclope parece inspirar un nuevo cambio de camino porque, a raíz de su desaparición en un enfrentamiento con Los Inhumanos, los mutantes viven tiempos más desesperados, afrontando una extinción que ya ha comenzado  a raíz de la esterilización de toda la especie por parte de las Nieblas Terrígenas liberadas en la atmósfera. Será Tormenta quien, una vez más, suceda a Cíclope y tome la decisión de reconstruir a la Patrulla-X para proteger a la especie, una gran carga que Lemire deposita en la gran líder de antaño. Sin embargo, y tal vez como un recordatorio de lo desdibujado que ha estado el personaje en las series principales de los últimos años, el fracaso y escaso poder de convocatoria a la hora de reclutar a otros X-Men para su causa marcará al personaje, que, además, está siendo visitada por un Profesor X fantasmal que, personalmente, me resulta uno de los aspectos más interesantes de este arranque de temporada.
Junto a Ororo se encuentran varios alumnos de la Patrulla-X, ascendidos ya a Hombres-X de pleno derecho por necesidad, y el Hombre de Hielo, quien, al menos en estos tres primeros números, no parece haber decidido seguir más allá de la gran revelación del Uncanny X-Men 600. Eso sí, el guionista da un uso de sus poderes mucho más amplio y en la línea de lo visto en las sagas con viajes temporales escritas por Bendis. Junto a ellos se encuentran muchos refugiados mutantes y familiares afectados por la contagiosa enfermedad llamada M-Pox, un concepto que parece poner al día al noventero Virus del Legado. Todos ellos defienden X-Haven, el nuevo santuario mutante que no es más que los terrenos de la Mansión transportados al Limbo por la magia de Illyana Rasputin. Es ella la segunda al mando del grupo encabezado por Tormenta y la encargada, junto a Coloso,  de acudir al rescate de mutantes en peligro y enfrentarse a un Mr. Siniestro con inesperados objetivos. Forja y la nueva encarnación de Cerebra también están presentes para proporcionar al grupo de la tradicional tecnología detectora de mutantes, tan necesitada en épocas de extinción.

Estos tres primeros números plantean varios nuevos frentes, pero, sin duda, lo más destacable es la sensación de peligro extremo que se vive a través de sus páginas. La Patrulla-X vuelve a estar viva, muy viva, en medio de la extinción. Además, Humberto Ramos realiza un gran trabajo, ya que su estilo dinámico es ideal para tebeos protagonizados por grupos al conseguir gran espectacularidad en las secuencias de acción. No sé si Viejo Logan tendrá razón y el futuro ya estará escrito y esta será una de esas etapas brillantes o excelentes que mencionaba al comienzo de este texto, pero, desde luego, con un arranque tan interesante como éste, Lemire y Ramos pueden seguir contando conmigo.

martes, febrero 09, 2016

Marvel Gold. La Patrulla-X original 1. La Patrulla-X contra Magneto.



Todo producto cultural nace en un contexto del que hereda sus principales características para que pueda producirse una conexión natural con el consumidor al que está dirigido. Por ejemplo, cuando los tebeos de superhéroes Marvel renacieron a comienzos de los efervescentes años sesenta, después de languidecer durante décadas tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se convirtieron en un gran éxito editorial que ha hecho que sus personajes hayan llegado hasta hoy, superando el medio siglo de vida, gracias a que supieron conectar rápidamente con los jóvenes de entonces. Podría pensarse que más de cincuenta años después ya no habría posibilidad de que un lector actual pudiera conectar con las creaciones de Stan Lee en las historias publicadas en esos años, pero la verdad es que seguimos disfrutando de ellas y estamos ante una nueva edad de oro para las reediciones de clásicos Marvel gracias a la excelente labor que está realizando Panini en su línea Marvel Gold. La causa de este éxito puede ser el hecho de que en las páginas de estos tomos encontramos no ya el origen de los superhéroes de Marvel, sino su quintaesencia, aquello que los distingue perfectamente y hace que los identifiquemos de forma inequívoca por más que esas historias fueran escritas mucho antes de que la mayoría de los lectores que compramos estas reediciones hubiésemos nacido.

En el caso de la Imposible Patrulla-X hay que reconocer el gran esfuerzo realizado a lo largo de las décadas para llegar hasta nuestros días conservando cierta frescura. La franquicia mutante ha contado con muchos altibajos desde sus comienzos porque quizás ya fallaba en su propio planteamiento inicial por querer ser diferente al de otros productos de la editorial y, en mi opinión, resultar algo adelantado para lo habitual en los cómics de ese momento. En la Marvel de comienzos de los años sesenta, al igual que en la sociedad americana de época, estaba muy presente la amenaza atómica como consecuencia de una Guerra Fría que se prolongaría durante casi treinta años más. Desde que el 6 de agosto de 1945 explotara la primera bomba atómica en Hiroshima y el mundo conociera su vasto poder destructivo y sus terribles efectos y consecuencias, la energía atómica se convirtió en una obsesión para la nación norteamericana que quedó reflejada en muchos productos culturales de la época, tanto en la literatura como en el cine o la televisión. Así, los nuevos superhéroes Marvel verían sus orígenes muy ligados a la radiación, como es el caso de los Cuatro Fantásticos, Hulk o Spider-Man. Incluso personajes como Iron Man, el Hombre Hormiga o la Avispa adquirían sus poderes a través de la ciencia y una de las pocas excepciones fue  Thor, cuyo poder divino estaba vinculado a la magia del encantamiento de su martillo/bastón.

Sin embargo, cuando Stan Lee concibió la idea que acabaría siendo la nueva serie llamada “The X-Men” (tras desestimar el nombre “The Mutants” porque, en palabras del jefe editorial Martin Goodman, nadie sabría lo que era un mutante), el origen de los poderes de sus protagonistas estaría ya asumido de antemano: eran mutantes, tenían habilidades extras (de ahí la “X”) cuyo origen no era necesario revelar a través de intrincadas explicaciones. Habían nacido siendo mutantes y ahora estos adolescentes debían aprender a controlar sus poderes para protegerse y salvar el mundo de otros mutantes como ellos. No importaba de dónde procedían sus poderes ni su mutación y, de hecho, las historias con los orígenes de los X-Men tardarían en llegar. Además, Stan Lee pensaba que contaba con un aliciente para los lectores al reunir en un mismo cómic dos de las características de los conceptos más exitosos de la Marvel de esos años: adolescentes (como Spider-Man) y una especie de familia disfuncional (como Los 4 Fantásticos).

No obstante, la serie no contó con el éxito esperado y llegaría a ser cancelada varios años más tarde para renacer de sus cenizas gracias a la pluma de un genial Chris Claremont que supo perfectamente reciclar muchos de los hitos sociales y culturales de finales de los setenta y los años ochenta en la que, probablemente, sea la mejor etapa larga de la franquicia mutante. El éxito se debió a que su mayor virtud fue alejarse totalmente del convencionalismo que imperaba en otras series de superhéroes y reivindicar la diferencia como algo positivo, único e inesperado. Seguramente a nadie en la Marvel de los años 60 se le hubiera ocurrido jamás que sus mutantes llegarían tan lejos. Asimismo, tras superar los anodinos y extremos años 90, Grant Morrison se encargó de relanzar a la Patrulla-X teniendo en cuenta un manifiesto que él mismo redactó y en el que se recogían las principales características de los X-Men, muchas de las cuales ya estaban presentes en los números que recopila este tomo de la línea Marvel Gold.

Y es que la Patrulla-X y sus decenas de series satélites encuentran su principal fundamento en esta etapa inicial que, aunque podría ser algo dura de leer hoy en día por su simplicidad y falta de desarrollo en los protagonistas, introdujo muchos conceptos, personajes e ideas que siguen presentes actualmente en las cabeceras mutantes. La etapa de Stan Lee y Jack Kirby sorprende por tomar la realidad como punto de partida y reciclar acontecimientos históricos para sus historias ya desde el primer número, en el que Magneto casi provocaba una crisis de misiles nucleares como la ocurrida entre Cuba, la URSS y EEUU pocos meses antes, algo que sí acabaríamos viendo en la genial película X-Men: Primera Generación de Matthew Vaughn, en la que se homenajea a estos cómics. Además, Lee y Kirby introducen casi desde sus comienzos la doble visión que Magneto y Xavier tienen sobre la relación que deben mantener mutantes y humanos, casi como si de un trasunto de Malcom X y Martin Luther King se tratara: mientras uno aboga por la supremacía mutante, el otro defiende una coexistencia pacífica.  

Aprovechando este escenario, Lee y Kirby presentaron diferentes elementos que hoy son imprescindibles para los lectores de la franquicia mutante, como la Mansión-X, la Sala de Peligro, la atracción entre Cíclope y la Chica Maravillosa, los Centinelas, la Hermandad de Mutantes Diabólicos o el Juggernaut (cuya presentación es uno de los hitos  narrativos de estos años) y otros personajes y elementos que han sido mejor explotados en otras series, como Ka-Zar y la Tierra Salvaje, Mercurio, la Bruja Escarlata o el Extraño. Todos estos componentes fueron introducidos acompañados de cierto dramatismo adolescente que, visto desde nuestra perspectiva moderna, parece bastante superficial y sobreactuado porque, salvo en ocasiones muy contadas, será dejado de lado para centrarse en la acción episódica similar a la que se podía encontrar en las páginas de Los Vengadores o Los 4 Fantásticos. Y es que Lee parece olvidar en muchos momentos aquellos aspectos que restarían espectacularidad a las historias y, salvo la histeria antimutante que dará como fruto a los Centinelas, muchas ideas planteadas en estos números iniciales o se delimitan pronto o serán apartadas para que sean desarrolladas años después por otros guionistas. Como ejemplo sangrante cabe destacar que, pese a que desde el primer momento se nos presenta al grupo dentro de una escuela, asistiremos a la graduación de la Patrulla-X en el séptimo número y que el Profesor X desaparecerá momentáneamente dejando a Cíclope al mando de un grupo de novatos todavía muy necesitados de su mentor.

Si la serie ya iba en cierta forma a la deriva en su argumento, en el apartado gráfico Kirby se mantuvo como dibujante completo hasta el undécimo número, a partir del cual sus bocetos fueron terminados por artistas como Alex Toth y Werner Roth en unos números en los que se presentaría a los Centinelas, la última gran aportación de Lee y Kirby a la franquicia, y Magneto regresaría justo a tiempo para despedir también a Stan Lee, que abandonó la serie en el número 19 tras presentar al Mímico, futuro miembro del grupo. Lee dio paso a un joven Roy Thomas, que comenzó dialogando los insulsos números planificados y dibujados por Werner Roth  hasta que consiguió convertirse en guionista completo y amplió el campo de actuación de la Patrulla-X integrándola definitivamente en el universo Marvel a través de la aparición de villanos que, como el Conde Nefaria y sus secuaces, ya habían sido presentados en otras series y llegaban ahora a las de los X-Men como si a través de su presencia se recordase a los lectores que no solamente Los Vengadores y los 4 Fantásticos podían hacer frente a grandes amenazas.

Con Thomas llegó la primera época de grandes cambios para la serie y, por qué no decirlo también, la de villanos cutres como la Langosta, el Hombre de Cobalto o el Tigre, enemigos poco memorables en una etapa en la que las historias trataron de potenciar la faceta humana de los personajes a través de sus relaciones interpersonales. Destaca así el triángulo amoroso entre Cíclope, la Chica Maravillosa y el Ángel que hoy en día  está más que olvidado, pero que en esos momentos insufló cierta vitalidad a la relación de quiero y no puedo que mantenían Scott Summers y Jean Grey.

En resumen, en el tomo Marvel Gold: La Patrulla-X original 1: La Patrulla-X contra Magneto asistimos al nacimiento del mito mutante y quizás sus historias no son tan memorables como las de otros personajes del momento, pero son imprescindibles para comprender su éxito posterior al introducir muchos conceptos que escritores más capaces han sabido desarrollar acertadamente con posterioridad. Aquí hallaremos el origen de unos personajes y planteamientos que no supieron conectar con los lectores de su época a pesar de tomar la realidad como referencia desde el primer episodio, pero que años después encandilarían a millones de lectores por todo el planeta y se convertirían en el reflejo de muchos movimientos sociales que, curiosamente, también nacerían en los sesenta y que reivindicaban los derechos de las minorías, igual que el sueño de Xavier hacía con los derechos de los mutantes.


Libro en tapa dura. 624 páginas.
Fecha de publicación: febrero 2016
Precio: 39,95€