Contiene: X-Men: The 198 #1 al 5 (marzo – Julio 2006)
Guión: David Hine
Dibujo: Jim Muniz
Portadas: Juan Doe.
Tomo Panini. 120 páginas. 8,60 €
Que Dinastía de M ha sido un filón para los guionistas mutantes es algo que no podemos poner ya en duda. Las imprevisibles palabras finales de la Bruja Escarlata (“No más mutantes”) llevó a los editores y guionistas de la Casa de las Ideas a hacer una gran criba entre los personajes mutantes, eliminando de un plumazo la idea más interesante que Grant Morrison aportó a la decaída franquicia X: los mutantes están aquí para quedarse, la humanidad es una especie caduca. Gracias a Wanda Maximmoff, una de las primeras mutantes de Marvel, el homo superior es ahora una especie casi extinta, con apenas unos 200 individuos supervivientes que deberán unir fuerzas para poder seguir adelante.
Con esta premisa, X-Men: Los 198 nos lleva hasta el centro de refugiados que la Patrulla X ha establecido en los jardines del Instituto Xavier y se centra en aquellos personajes secundarios a los que hasta no hace mucho no les hubiéramos hecho demasiado caso. Algunos rostros desconocidos se mezclan con antiguos Hombres X (Magma, Sanguijuela, Desliza), viejos villanos (Erg, Sapo), caras más o menos recientes (Sr. M, Jazz, Mammomaxx) y hasta con algún resucitado (Arco Voltaico). David Hine aprovecha esta miniserie, además, para cerrar la trama abierta con el Sr M y Lorelei en Distrito X (a ver si Panini la termina, por cierto), serie cerrada tras Dinastía de M porque, bueno, sin barrio mutante lleno de mutantes poco sentido tenía. Como viene siendo habitual en otras series, los Centinelas de O*N*E y los fundamentalistas antimutantes también hacen acto de aparición.
¿Qué nos encontramos en Los 198? Pues a los mutantes menos cool de Marvel haciendo lo que pueden para sobrevivir. Si en Generación M se nos contaba qué había sido de los mutantes sin poderes, ahora Hine nos hace ver que, aunque los mutantes estén casi extinguidos, los supervivientes no están dispuestos a dejar que los humanos vuelvan a tratarlos como apestados. Son pocos, pero su magnitud de poder les permitiría conquistar el mundo si se pusieran de acuerdo. Quizás para que esto no ocurra, Valerie Cooper y su escuadrón Centinela O*N*E se han apostado en los terrenos de Xavier y mantienen una vigilancia total sobre los mutantes refugiados, llevando a cabo métodos que ni la Patrulla X ni Valerie aprueban, pero que vienen determinados por el Gobierno de los EEUU. El choque entre ambas facciones, con la Patrulla X como mediadora, es continuo y se agravará con la llegada del Sr. M, que instigará a los demás a la rebelión total. Pero no será el único con planes propios, el enigmático Johnny Dee está usando sus poderes para controlar a sus compañeros y obtener una ventajosa situación chantajeando al General Lazer, jefe del Escuadrón Centinela.
Hine escribe una historia que está bien planteada inicialmente, pero que luego se extiende por distintas subtramas y acabó resultándome bastante insustancial. El principal leit motiv de la trama, la rebelión del Sr. M, queda bastante diluida debido a la intervención de Johnny Dee y lo que tendría que haber sido una historia en la que viéramos a los mutantes sufriendo las consecuencias de ser los únicos supervivientes de su raza acaba por convertirse en un lío en el que varias facciones son enfrentadas entre sí sin venir demasiado a cuento. No está del todo mal, pero tampoco es que consiguiese llamar mi atención. Pese a todo, se puede leer y disfrutar, no como el dibujo de Jim Muniz, que resulta de todo menos atractivo, con personajes deformes y fondos ridículos en muchas ocasiones.
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