martes, julio 31, 2007

San Diego Comic-Con Mutante 2007


Los mutantes no podían estar más interesantes desde hace muchos años. Quesada consiguió revolucionar la casa con Dinastía M y las consecuencias no se han hecho olvidar porque actualmente es el hilo conductor de todas las colecciones principales y eso que ya hace 2 años del ''No más mutantes''.

Con el próximo crossover mutante, ''Messiah Complex'', pretenden revolucionar una vez más a los mutantes y volver a darles una vuelta de tuerca. Todo es gracias a los actuales equipos de las distintas series que han devuelto a los X-Men su explendor perdido.

Axel Alonso, Ed Brubaker (Uncanny X-Men), Mike Carey (X-Men), Mar Guggenhein (Lobezno), Craig Kyla y Chris Yost (New X-Men), Daniel Way (Lobezno: Orígenes) y Peter David (X-Factor) se reunieron para discutir sobre el futuro de los mutantes el último día de la Comic-Con del pasado fin de semana en San Diego dónde se hizo el anuncio oficial del nuevo equipo creativo de Astonishing X-Men.

Mike Carey habló de la portada del X-Men #204 dónde podemos ver a Pícara y a Gambito juntos, algo que hacía mucho tiempo que no ocurría y ya veremos hacia dónde lleva, ya que el propio autor ha comentado que Gambito no estará en los X-Men pero sí que estará presente en la colección.

Brubaker habló de su ''Complejo de Mesías'' y la aparición de Tormenta en su arco de los Morlocks.

En New X-Men habrá un arco de ''descanso'' para el equipo antes de involucrarse de manera directa en el crossover del próximo otoño.

Peter David habló sobre el personaje que ha presentado en los últimos números de su X-Factor y de cómo quiere que se reconozca a los mutantes como una especie en peligro de extinción para recibir más protección.

También habló de un cara a cara de Mercurio contra Layla Miller.

Guggenheim dijo que en su nueva etapa de Lobezno presentaría a un nuevo villano llamado ''Shogun'' que conseguirá lo que otros nunca han hecho, matará a Lobezno.

Masacre tendrá un destacado papel en Lobezno: Orígenes dónde descubriremos más del pasado de Arma-X.

Tras el crossover mutante, veremos a los X-Men más como un ejército que como una familia.

Carey reveló que Pícara no había muerto, aún queda mucho que contar del personaje... Algo que no dijo de Cable y es que parece ser que la colección Cable/Masacre cambiará su título por el de Lobezno/Masacre (esto lo comentaron en plan broma).

No hay planes para devolverle sus poderes a Ríctor, según comenta David, también dijo que tenía una buena idea para Madrox.

Suponemos que dentro de unos años (tras World War Hulk, el evento Skrull Marvel del año que viene) sabremos algo de la Bruja Escarlata.

Peter aclaró que en su colección (X-Factor) quiere mostrar distintas cosas y que hizo el arco de X-Cell para demostrar que la serie no solo era una serie de género negro y que también podía tener acción y peleas.

También se habló de la continuidad y la inclusión de personajes del Universo Marvel en otros títulos como por ejemplo Layla Miller, que fue presentada por Bendis en Dinastía M y que ahora trabaja en X-Factor.

Habás más colecciones unitarias, a parte de Lobezno.

Sin duda alguna nos esperan unos meses muy moviditos con los mutantes y todas las colecciones poseen un alto nivel creativo e historias adictivas completamente.

Preview del Messiah Complex por Billy Tan (¿un clon de David Finch?)

sábado, julio 28, 2007

Warren Ellis y Simone Bianchi en Astonishing X-Men


Mientras esperamos el final de la impactante etapa de Joss Whedon y John Cassady al frente de Astonishing X-Men, en la Comic-Con se acaba de anunciar que los respondables de sustituir al actual equipo serán nada más y nada menos que Warren Ellis (Newuniversal, Nextwave, Thunderbolts, Planetary) y Simone Bianchi (Aquaman, Lobezno, Seven Soldiers: Klarion).

Warren Ellis ha comentado que aún no ha empezado a escribir el primer número de lo que promete convertirse en una prometedora etapa. Simone Bianchi ha dejado una ilustración de lo que parece que será el equipo-x de la nueva etapa de Astonishing X-Men. Sin muchas novedades, solo comentar la incorporación de X-23 al equipo y tal vez nos hayan spoileado el final de la etapa de Whedon.

viernes, julio 20, 2007

El spin off de Lobezno ya tiene director

Parece que, poco a poco, los proyectos derivados de la Trilogía X comienzan a salir adelante. Así, mientras aún esperamos más noticias del film sobre Magneto y la posible "Academia X", ya sabemos quién será el encargado de dirigir la película sobre el mutante más popular del Universo Marvel. Gavin Hood, ganador de un Oscar a la mejor película extranjera en 2005 por Tsotsi, es el elegido. No he visto ninguna de las películas de este director sudafricano, así que no puedo opinar acerca de si es o no una buena elección, pero pronto podremos opinar abiertamente si, además del visionado de Tsotsi, le echamos un ojo a su próxima película, Rendition, un thriller con Reese Whiterspoon y Jack Gyllenhaal, que se estrenará en otoño.

La producción y el rodaje de Lobezno comenzará en noviembre y estará producida por su protagonista, Lauren Shuler-Donner y John Palermo. Hugh Jackman ya se ha mostrado muy satisfecho con la elección del director: "I have long been a fan of Gavin's work and know he will make a masterful film with the character intensity and action beats the fans expect".

Recordemos que la historia, escrita por David Benioff, se situará en el pasado de la trilogía X-Men o, quizás, en su futuro, pero atendiendo de forma fundamental a los acontecimientos del pasado del personaje. Así describe su argumento imdb: Wolverine lives a mutant life, seeks revenge against Victor Creed (who will later become Sabretooth) for the death of his girlfriend, and ultimately ends up going through the mutant Weapon X program.

sábado, julio 14, 2007

the X Men (nº del 1 al 3): Orígenes

Aprovechando el parón veraniego, creo que es buen momento para realizar un análisis concienzudo sobre algunos de los momentos clave de la historia mutante. Como pretendo que dicho análisis sea bastante completo, aconsejo aquellos que no hayan leído dichas historias y pretendan leerselas, que eviten la lectura para no tragarse ningún spoiler. Dicho eso, llega el momento de comenzar ¿Por dónde? Por el Principio:

Corrían los años 60 cuando dos jóvenes con muchas ideas, imaginación y ganas de labrarse un nombre en el mundillo del comic, crearon lo que con el paso del tiempo llegaría a conocerse como Marvel Comics. En una época de dura competencia en la que casi todo el mercado pertenecía a DC, Stan Lee y Jack Kirby consiguieron sacar a flote una línea que pronto se ganó a favor del público gracias a personajes como Spider-Man, Los 4 Fantásticos, Hulk o el Doctor Extraño.

Entre idea e idea, un nuevo concepto irrumpió en la fértil mente de Stan: Un grupo de superhéroes adolescentes marginados, nacidos con poderes que desafían a la imaginación, los cuales, día sí y día también, salvarían el mundo de aquellos que lo amenazan mientras aprendían a controlar sus poderes. Así nacerían… ¡Los X-Men! ¡El equipo de superhéroes más extraño de todos los tiempos! Se ha especulado mucho sobre en que se inspiró Stan para crear al equipo que en primera instancia se iba a llamar únicamente “Los Mutantes”, se ha hablado mucho de la Doom Patrol (cuando solo tienen 3 meses de diferencia) pero la única que parece clara (aunque Lee nunca lo haya reconocido) es la novela de ciencia ficción “Children of the Atom” escrita Filmar H Shiras, donde ya nos encontraríamos con el concepto de los mutantes. Según palabras de Stan Lee, los mutantes solo fueron una excusa para crear un gran número de superhéroes sin tener que idear un origen para cada uno. Poco podría imaginar la repercusión a largo plazo que tendrían dentro del comic unos personajes que, nunca fueron su “niña bonita”. Pero eso es historia para otro día, de momento, centrémonos en lo que fueron los primeros números publicados de la serie, números, que ya sentaron los conceptos de lo que vendría a ser el futuro de los X-Men.
El primer número de la colección arrancaba ya con dos ideas que se han terminado por convertir en clásicas durante la historia de la Patrulla X: La sesión de entrenamiento y la llegada de un nuevo miembro.

Arrancamos la historia en el estudio principal, donde, un misterioso hombre calvo reposa sobre su asiento esgrime una orden mental y, acto seguido, aparecen en la sala un grupo de extraños jóvenes vestidos con unos uniformes todavía mas peculiares. Así es como conocemos a los primeros miembros de la Patrulla X (Cíclope, el Hombre de Hielo, Ángel y La Bestia) así como a su inquietante mentor, el Profesor Charles Xavier.

Durante las páginas siguientes, asistiremos a la sesión de entrenamiento a la que él último someterá a sus pupilos gracias a la cual iremos conociendo a cada uno de los integrantes del grupo, cuales son sus habilidades y cual su personalidad. Así tenemos a Bestia y al Hombre de Hielo, los miembros más “dicharacheros” del grupo, cuyas puyas y discusiones se convierten inmediatamente en lo más divertido del comic. El primero es un joven de aspecto rudo, casi simiesco, con una agilidad increíble y unos pies y manos de talla XXL. En un principio, no había rastro de ese agudo ingenio que ha caracterizado al personaje por aquel entonces, mostrándose mas con un bruto noblote, aguerrido y sincero pero también mete patas que otra cosa. En cuanto al Hombre de Hielo, es básicamente el que conocemos de toda la vida. Con la habilidad de crear ráfagas de hielo y nieve, Bobby Drake es el alevín del equipo. Con a penas 13 o 14 años, usa más sus poderes para hacer payasadas o gastar bromas a sus compañeros. Siempre activo y parlanchín, su aspecto sin embargo era un tanto distinto en sus orígenes, ya que, en lugar de recubierto por una capa de hielo que le otorga el lineal aspecto cúbico de un cubito de hielo, su cuerpo estaba recubierto por una irregular capa de nieve que le hacía parecer un auténtico Jack Frost emergiendo de un par de botas (lo único que se podía distinguir en un cuerpo totalmente homogéneo que casi parecía mas un montón de nieve que una persona) El carácter de ambos personajes y como se relacionaban en un principio puede recordar mucho al de La Cosa y La Antorcha Humana de Los 4 Fantásticos, algo que quizás no sea casual, dado a lo estereotipado de los personajes de Stan Lee por aquella época.

El resto del equipo estaba compuesto por Cíclope y Ángel, los “machos alfa” del grupo, quienes, por entonces, tenían una personalidad bastante plana. Con la habilidad de lanzar potentes rayos energéticos a través de sus ojos, Cíclope (Scott Summers), es el alumno aplicado, gentil (y hasta un poco pelota) del Profesor Xavier, viéndose inmediatamente que es su alumno aventajado. Ángel sin embargo, con su habilidad para volar gracias a dos alas que emergen de sus omoplatos a modo de lo que su nombre indica, es arrogante y presuntuoso aunque sin llegar a la vanidad, siendo también alguien henchido de valor en quien sus compañeros pueden confiar plenamente. De su mentor, el Profesor Xavier, poco sabemos de momento salvo que, a parte de representar la clásica figura del profesor estricto pero justo de la época, está postrado perennemente en su silla por causa desconocida y posee unos increíbles mentales. Pero como hemos dicho antes, poco arranque de los X Men sería este sin la llegada de un nuevo miembro.

Recurso usado durante más veces de las que se puede recordar en la historia de este grupo (o de otros grupos, lease JSA) siempre ha sido una forma perfecta de transmitir al lector esa sensación de “novedad”, de estar sumergiéndose en un universo nuevo e interesante en el que, en cada recoveco, hay una sorpresa. En algunas ocasiones ha sido narrado desde los ojos del nuevo miembro que se arrancado de su vida normal y tranquila para caer de lleno en un mundo mágico y extraño en el que las emociones desafían a la misma razón (recordemos a Júbilo en la serie de animación de los 90 –o en los mismos comics de finales de los 80-, la Pícara de la versión fílmica o la Magma de la penúltima versión para consolas) o en otras, son los miembros ya existentes los que, junto al lector, permanecerán intrigados por la identidad del/los nuevo/s miembros, algo que alcanzaría su máxima evolución con Len Wein en el mítico Giant Size. En esta ocasión, la nueva incorporación no es otra que Jean Grey, alias, la Chica Maravillosa, y como se suele decirse, con ella llego la revolución.

La llegada de Jean Grey al Instituto Xavier provocó un maremoto hormonal sin parangón en el mundo del comic, y es que desde que aquella chica de cabellos rojos y ojos verdes entró por la puerta, todos los miembros del equipo quedaron prendados irremediablemente de ella. ¿El motivo? ¿Su belleza cautivadora? ¿Estaban todos mas salidos que el pico una plancha? ¿Simpleza guionizando de Lee –chica+grupo de adolescentes=calentón del 15-? A saber, el caso es que qué dé un paso al frente quien no haya pasado alguna vez por algo parecido, y es que la chica lo merecía. No recuerdo si fue Claremont o Morrison quien puso en boca de uno de sus personajes la frase de “todos la amábamos, hasta el último de nosotros se enamoró de ella cuando la conocimos” y es que realmente fue así. Se ha criticado mucho a Stan Lee por sus personajes femeninos tildándolos de planos y simples, pero nada más lejos de la realidad. En aquella época teníamos por un lado a Janet Van Dyne, la Avispa, presumida, coqueta y una auténtica “coneja” (como acertadamente la describió un colega) que siempre estaba buscando cacho intentando seducir a un doctor Pym sin perder de vista al resto de los Vengadores. Por otro, a Susan Storm, la Mujer Invisible, un ama de casa dulce, sensata y cariñosa poco hecha para la vida de superheroína (y que quizás sea el personaje que más evoluciono bajo los lápices de Stan Lee, y si no, no hay más que ver como era años antes de su boda y como era al final de la etapa de este). Mientras, Jean Grey se mostró desde el principio como una chica sofisticada y sobre todo, de una gran fortaleza. Tan femenina como aguerrida, tan dulce como fuerte y poco dispuesta a dejarse mangonear por sus compañeros, su irrupción entre sus compañeros demostrando sus poderes telequinéticos es poco más que mítica. En aquel momento, Jean no solo consiguió el corazón de sus compañeros, si no también el de miles de lectores entre los cuales me incluyo.

Tras presentar a los que serán los protagonistas de la historia, el Profesor Xavier nos pondrá en antecedentes del mundo en el que vamos a penetrar, un mundo en el que aparecen sin previo aviso jóvenes con habilidades asombrosas como ellos a causa de una mutación en su genoma. Él será quien se encargue de entrenarles en el uso de sus habilidades super-humanas para que así puedan convertirse en miembros productivos de la sociedad así como defender al mundo de otros como ellos que han decidido emplearlos para fines egoístas. Y así es como llegamos al punto donde hace aparición el primero y más antológico villano del grupo: Magneto.

Presentando por primera vez como un siniestro científico embutido en un traje que recordaba a un rey-guerrero de la antigua Grecia, Magneto era un mutante que pretendía el alzamiento de su especie para arrebatar el mundo a los humanos. Mediante sus descomunales poderes magnéticos, el villano realiza su primera incursión en el ya mítico ataque a la base de misiles de la Ciudadela del Cabo. A pesar de que la secuencia tiene escenas tan ridículas como la portada de un periódico anunciando “Proyecto Secreto boicoteado” (toma ya, si es secreto y lo anunciáis en portada como no), el uso de los poderes del amo del magnetismo en esta secuencia es de órdago. Escenas como el ultimátum escrito en el cielo con partículas de acero o los soldados disparando al terrorista mientras este se adentra impasible en la base se convirtieron en momentos estelares instantáneamente siendo homenajeadas cientos de veces posteriormente.

Una vez presentada la amenaza a hacer frente, los X-Men se dispondrían a detener al villano en una escena que se convertiría en marca de la casa: Los protagonistas vistiéndose con los trajes de superhéroe. No, no es que haya interés voyeur ni escenas picantes en estas, si no que con Lee (y posteriormente con Claremont y otros) servían para mostrarnos parte de las inquietudes y los pensamientos de los personajes, algo que hoy quizás quede un tanto desfasado, pero por entonces eran bien disfrutables.

Tras llegar a la base militar, se produce el enfrentamiento entre la Patrulla X y Magneto en el cual, este último, utilizará todos los recursos a su alcance para detenerlos obligándoles a emplear al máximo sus habilidades. Aunque empieza de forma muy imaginativa (con ese Cíclope forzando tanto su poder que la silueta de su cabeza se hace borrosa a causa de la cantidad de energía que libera o el clásico lanzamiento de misiles caloríficos) el enfrentamiento acaba de forma abrupta y anti-climática cuando, viendo que se enfrenta a unos iguales mutantes, Magneto se larga sin mas.

Pese a todo, estamos ante un buen arranque para un grupo super-heroico en el que ya se van sentando algunas de las bases y los X-Men hacen su primera aparición como héroes. Posteriormente a esta aventura se supone que se desarrollarían las aventuras narradas en la serie mucho posterior de X-Men First Class, pero como esta recurre a muchas incongruencias y no esta del todo claro, mejor pasaremos de ella.

En el segundo número tenemos a unos X-Men ya caracterizados en las calles de Nueva York justo antes de que Xavier los convoque en la mansión para una nueva misión mediante una orden psíquica. Durante unas cuantas páginas presenciamos a los X-Men en una competición por ver quien llega primero a la mansión mientras interactúan con la gente de a pie en unas escenas divertidas y algo ingenuas antes de que conozcan a su próximo adversario: El Desvanecedor.

Este mutante de aspecto que recuerda a un camaleón de autóctono tiene la habilidad para tele-transportase la cual utiliza para atracar distintos bancos ante el asombro de los empleados. Desgraciadamente, la discreción no es su fuerte, y, tras hacerse un nombre en el mundo del crimen se presenta en un cuartel militar para avisarles de que dentro de cuatro días les robará los planos de su nuevo satélite espía. Tras contactar con su enlace en el gobierno, Fred Duncan, el Profesor Xavier enviará a sus alumnos para detener al villano.

A pesar de que la trama pueda resultar algo ingenua, no olvidemos la época en la que fue escrita esta historia. Pese a todo, la acción esta magníficamente resuelta y el enfrentamiento entre el grupo y el Desvanecedor por conseguir el maletín con los planos resulta vertiginoso e impredecible a más no poder. Tras ser derrotados finalmente por el villano, el guionista nos muestra la tensión derivada del fracaso por la que atraviesa el equipo. El propio Xavier deberá tramar un astuto plan para recuperar los planos que le obligará a acompañar a sus alumnos a la batalla para recuperar los planos. La historia termina de forma original demostrando que Stan Lee pretendía explotar el uso de sus personajes en todas sus facetas.

En definitiva, una historia muy entretenida que desarrolla un poco mas a los personajes.


Y así pasamos al tercer número, en el que la trama sufre un giro y, en lugar de enfrentarse contra una amenaza, los X-Men tendrán que reclutar a un nuevo miembro.

Tras la consabida sesión de entrenamiento, el Profesor Xavier detecta la presencia de un nuevo mutante en la ciudad enviando a sus alumnos para reclutarlo. Estos, como casi todo, toman la misión como una oportunidad para competir entre ellos por ver quien consigue encontrarlo así como por conseguir los favores de Jean Grey. Se profundiza en la personalidad de Bestia, al que empieza a vérsele ya su faceta erudita, así como a Cíclope descubriéndose como un chico introvertido temeroso de sus propios poderes, algo que se menciona por primera vez en la serie y que recuerda en parte al Peter Parker del propio Lee. Los sentimientos que este alberga hacia Jean parece que van mas allá de un simple calentón, pero, por pura timidez es incapaz de confesárselos sin saber que no es el único en esa situación ya que Xavier parece sentir lo mismo que él. Es Warren (Ángel ) sin embargo quien se lleva a la gata al agua con su carácter lanzado y, de momento, parece que será el que se lleve las atenciones de la chica. Se establecerá así un alambicado cuadrángulo amoroso el cual irá cobrando protagonismo a lo largo de la serie.

Tras una complicada búsqueda por toda la ciudad que desencadenara algunos sucesos entre lo cómico y lo surrealista, los X-Men encontrarán finalmente a su objetivo en un circo ambulante: Un mutante de talla y volumen colosal que responde al nombre de Fred Dukes, la Mole.

Después de ofrecerle su oferta de reclutamiento, este decide acompañarles hasta su instituto, donde el mutante demuestra sus portentosas habilidades. Sin embargo, cuando llega el momento de aceptar el ofrecimiento de Xavier de unirse a los X-Men, este decide rechazarlo para regresar al circo. Tiene lugar entonces un acontecimiento de bastante ambigüedad cuando, indignado por la reacción del mutante, Xavier decide lavarle el cerebro para que no pueda revelar sus identidades. Pese a todo, la Mole consigue escapar de regreso al circo y, temeroso de que decidan escarmentarle, reúne a sus compañeros del circo para contraatacar a los X Men.

La batalla tiene lugar finalmente en el suelo de la Mansión y sus alrededores en un divertidísimo y surrealista enfrentamiento entre los X-Men y los “freaks” del circo, quienes conseguirán poner en serios apuros a la Patrulla X obligándoles a usar sus poderes con mucho ingenio mientras le dan tiempo al Profesor X a construir la máquina que les permitirá derrotar a sus adversarios.

Resumiendo, las tres historias que componen los primeros capítulos de los X-Men quizás no sean las mejores que se hayan podido escribir sobre estos, pero sin duda son muy buenos ejemplos que, además de ofrecer una grata diversión aportan los primeros detalles a lo que será el universo mutante.

Valoración: 8.75/10

domingo, julio 08, 2007

Uncanny X-Men de Chris Claremont

Antes de reseñar los primeros números de la nueva revolución mutante o incluso hablar de Dinastía M y Génesis Mortal, iniciaré una serie de artículos centrándome básicamente en resumir y reseñar de una forma muy general las etapas vividas por los mutantes por el ‘Reload’ mutante.

Tras la marcha de Grant Morrison, Quesada como buen editor, creyó conveniente una nueva revolución y la gran sorpresa fue la llegada de Joss Whedon a un nuevo título junto con John Cassady, pero hubo más y es que las dos colecciones principales, más los Nuevos Mutantes iban a ser relanzados con todas las ideas y conceptos de Morrison y siempre intentando recuperar el espirítu clasicista, además de los trajes de colores. Esto hizo que el bueno de Quesada le diera la batuta a Chris Claremont que de X-Treme X-Men fue trasladado a Uncanny X-Men dónde utilizaría la gran mayoría de personajes de X-Treme X-Men además de Lobezno y Rondador Nocturno.

La nueva etapa de Uncanny X-Men iba a ser dibujada por Alan Davis y todas las apuestas apuntaban que sería una etapa memorable y así nos lo hicieron creer con los primeros números, dónde Claremont recuperaba personaje y conceptos de Excalibur para los fans más acérrimos de los mutantes clásicos.

La primera saga se centró en el regreso de un villano clásico de Excalibur y abrió la puerta a un interesante argumento que fue cerrado al acabar la etapa de Claremont en la colección, dejando una nueva puerta abierta de la que hablaremos al final del artículo. El bueno de Claremont recuperó los partidos de baseball además de poder contar con la gran mayoría de los X-Men e hizo una historia muy entretenida dónde la Furia fue uno de los peores enemigos a los que se han enfrentado los X-Men. El dibujo de Davis fue mucho más satisfactorio.

Después tendríamos la saga dónde Víbora se cobraría su venganza desde X-Treme X-Men y además tendríamos los juegos diabólicos de Arcade de por medio. El clasicismo había sido recuperado por el bueno de Claremont, una sensación que a mi personalmente me encantaba ya que me enamoré de la Patrulla-X gracias a estas historias. En esta minisaga pudimos ver el primer contacto de Oliver Coipel con los mutantes, tras esto dibujaría Dinastía M.

En los siguientes números nos encontramos con X-23, personaje creado en la serie de televisión de X-Men: Evolution y que Quesada introdujo en su serie NYX, pero Claremont la introdujo de manera ‘oficial’ en el Universo Mutantes con un enfrentamiento entre Lobezno y X-23. Davis volvía a ser el dibujante y de qué manera, el ritmo de la serie no decaía y además nos ofrecían sagas de dos números que no se alargaban hasta la saciedad como otras colecciones.

El Club Fuego Infernal regresaría también y se enfrentaría de nuevo a los X-Men, además de que Claremont cerró algunos argumentos como el esperado enfrentamiento entre Emma y Rachel, además de recuperar antiguos enemigos de su anterior etapa en los X-Men y personajes de X-Treme X-Men. Saga algo estática y aburrida en mi opinión, con un final que nos obligaba a despedirnos de Sabia, una de las mujeres-x más carismáticas recreada por Claremont en los últimos años y que actualmente podemos seguir disfrutando de ella en New Excalibur.

La montaña rusa continuaba y Claremont seguía recuperando conceptos que hicieron de su etapa una de las más recordadas en la industria del cómic, tras revisitar mucho de los conceptos, no podía faltar uno de los más memorables y explotados, la Tierra Salvaje, pero antes de nada, al despedirse de Sabia necesitaba cubrir la falta de uno de sus personajes estrellas por otro y recuperó a Mariposa Mental que había fallecido en el #2 de X-Treme X-Men y la embarcó junto con X-23 en un nuevo pareja de la Tierra Salvaje. Una saga dibujada por Alan Davis íntegramente, dónde ahondó mucho más en los personajes y en X-23.

Claremont es conocido por las relaciones entre sus personajes y por eso sus siguientes números trataron sobre el regreso de la ‘muerte’ de Coloso y sobre todo Mariposa Mental, que había vuelto algo cambiada y que de algún modo tenía relación su hermano. Una minisaga dibujada por Tom Raney, nos traería de vuelta a Mojo y a todos sus ‘mascotas’.

Tras esto llegaría una saga enlazada directamente con Dinasía M y dónde Rachel y Mariposa serían las protagonistas absolutas. Saga dibujada por Alan Davis, sólo dos números hasta que fue sustituido por Chris Bachalo que se convertiría en el nuevo dibujante oficial del título. Un cambio algo chocante respecto al estilo de Davis. Una interesante saga que recuperaría algunos mutantes como Juggernaut y Talia, que ya fueron recuperados en la anterior saga y que servirían para relanzar el Nuevo Excalibur tras el Día M.

Y entonces llegó Diezmados, con un Chris Bachalo al 100% y un Claremont que nos dejó una gran saga espectacular con una Rachel Grey desatada y tres números para recordar ya que los considero el canto del cisne de la etapa de Claremont, de la etapa de Uncanny X-Men iniciada en el #444. Emotividad, acción, nos presentaron unos nuevos enemigos capaz de hacer temblar a los X-Men y de qué manera… Y todo esto con el sentimiento del fin de la especie mutante y es que más de 90% de la población mutante se vio privada de sus poderes a causa del poder de la Bruja Escarlata.

Las dos últimas sagas de Claremont fueron en mi opinión de lo peorcito, entretenidas tal vez, pero habían perdido algo de esa inocencia con la que empezó. La primera de ellas (eran una saga dividida en dos, cada una de tres números) ahondaba mucho más en la figura de Rachel Grey como se sentía respecto a la muerte de su recién conocida familia y como le afectaba. Billy Tan demostró que era un peor dibujante de lo que creíamos y temimos que este dibujante fuera a ser el próximo regular del título.

La última saga cerró cabos sueltos respecto a las apariciones de Jamie Madrox, desde la primera saga de Uncanny X-Men, además de cerrar el argumento del regreso de Mariposa Mental. Una saga algo confusa y que por el cambio de dibujantes fue algo frustrante de poder disfrutar, durante el transcurso de la misma a Claremont el dio un infarto y Tony Bedard le echó un cable.

El último número de la etapa fue el prólogo de la boda de Tormenta con Pantera Negra, la saga dónde Tormenta había decidido quedarse en África la habíamos visto en la colección hermana y es algo que nunca entenderé porque Ororo ha sido uno de los personajes mejor utilizados por Claremont en su etapa y que se lo arrebataran de esta manera fue algo que nunca jamás comprendí. Este último número fue un especial que apareció como un Annual y nos presentó una emotiva historia dónde los X-Men se reencontraron con su amiga, además de que Tormenta conoció a su familia, quedando claro que aún tiene lazos de sangre con el mundo.

Un total de 31 números y cada saga tiene sus propósitos y despropósitos, sus aciertos y sus cagadas, pero de lo que no hay duda es que Claremont ya no es el que era y que su intento por mantener su estilo y no evolucionar esta haciendo mella en su carrera que no se ha mantenido alejada de los mutantes ni mucho menos, ya que sigue en dos títulos, por un lado Nuevo Excalibur del que me tendré que leer los dos primeros tomos y Exiles que cuando empiece su publicación en España intentaré seguir.

He de reconocer que soy un condenado fan de Claremont y de todo lo que ha hecho estos últimos años en los X-Men y no me estoy refiriendo a esta etapa. Disfruté mucho con X-Treme X-Men y sobre todo con los últimos números dibujados por Larroca.

Y no cierro el post antes de lanzaros la siguiente pregunta: ¿Qué os ha parecido la última etapa de Claremont en Uncanny X-Men?

viernes, julio 06, 2007

X-Men: Sangre de Apocalipsis

Llegó al fin la última saga de Peter Milligan tras una etapa poco acertada en la segunda serie mutante.

Guión: Peter Milligan
Dibujo: Salvador Larroca
Numeración USA: X-Men #182 - 187.
Numeración Española: X-Men vol 3 #16 - 18.

Que Peter Milligan no se ha lucido en X-Men no es ninguna novedad. La falta total de interés por los personajes y la falta de ideas ha sido patente desde la primera saga, continuando en la misma tónica del denostado Chuck Austen, regalándonos algún momento absolutamente ridículo y personajes que no se comportaban como deberían. Curiosamente, recientemente pudimos leer en Universo Marvel que esta serie era una de las más vendidas en España. ¿Morbo por ver cuán mal lo hacía Milligan? ¿El tirón de Salvador Larroca entre sus compatriotas? ¿De verdad le gustaba esta serie a tanta gente? Esta saga, pese a todo, no es tan mala como las anteriores, aunque tampoco es ninguna maravilla.

En números anteriores hemos ido presenciando el retorno de Apocalipsis, villano fallecido en la saga Los Doce y, luego, supuestamente exterminado en la miniserie "La búsqueda de Cíclope". Como todos los malos (y los buenos si eres un superhéroe Marvel) siempre vuelven, aquí lo tenemos de nuevo entre los vivos, justo en el momento de mayor necesidad para los mutantes tras la diezma. Apocalipsis se proclama como el salvador de la raza mutante y ésta será la idea que Milligan tratará, desacertadamente, de explotar. La idea de Apocalipsis es muy simple y se corresponde con su filosofía darwinista: si la población mutante ha sido reducida a un 10%, hagamos lo mismo con la humanidad y, luego, enfrentemos a los pocos mutantes con los miles de humanos supervivientes para ver quién gana. Para ello, Apocalipsis necesitará a sus 4 Jinetes. Milligan recurre aquí a varios de los subargumentos que se han ido planteando desde el inicio de su etapa para escoger a los nuevos Jinetes. Polaris ha sido uno de los personajes que más uso ha tenido por el guionista y, nuevamente, vuelve a ser usada y manipulada por un villano. Se convertirá en Peste. Gazer fue presentado en esta etapa y su subargumento del torso mutante creo que ha quedado inconcluso. Será Guerra. Fuego Solar será Hambre. No es ningún subargumento de Milligan, sino del final de la serie regular de Pícara que Panini ha decidido no publicar (¿aún?). Y, por último, tenemos a Gambito. Uno de los subargumentos más importantes de Milligan ha sido la relación Gambito/Pícara y la intervención de Mística y Pulso, el nuevo mutante creado por el guionista. Con la conversión de Gambito en Muerte, Milligan decide dar un paro más allá y dar un brusco (y nada necesario) giro a la relación entre la sureña y el cajún.


¿Qué aporta la historia? Pues un par de ideas desaprovechadas y alguna tontería. La primera idea desaprovechada sería el papel mesiánico de Apocalipsis. Milligan lo plantea de una forma un tanto forzada y las reacciones de los 198 y Gambito ante la aparición de la nave de Apocalipsis en los terrenos de la Mansión X (que, por cierto, hay que ver cómo se mantiene en pie tras los ataques de Apocalipsis, los Centinelas, Vulcano, el reverendo Stryker y algunos más) es poco más que ridícula e impulsiva. Sobre todo la de Gambito, que decide convertirse en Jinete de Apocalipsis porque se siente "rechazado" en la Patrulla X (¿?¿?) y, aunque no se fía de Apocalipsis, como Jinete podrá tenerlo más controlado (¿?¿?¿?). La idea de Apocalipsis como nuevo líder mutante podría haber estado mejor planteada, la verdad. Otra idea desaprovechada es la traición de Ozymandias, aunque parece que Claremont le sacará partido en New Excalibur.



También dije que había un par de tonterías. La primera es la incipiente relación entre Pícara y Pulso. Si después de 30 años Pícara decide pasar de Gambito porque puede "tocar" a alguien es que no hemos avanzado mucho. O que Milligan ya no sabía qué más hacer con los personajes, que es lo más probable. Otra tontería: los supercentinelas sacados de Evangelion. Puff, ¿pero qué falta hacían? En el lado positivo, vemos que Kaos y Polaris vuelven a tener una relación más o menos amistosa y que, por fin, dejamos atrás el revival del triángulo amoroso sesentero entre éstos y el Hombre de Hielo que, a estas alturas, ya no venía a cuento.


Una historia con sus puntos fuertes y sus momentos menos afortunados pero que, en general, cumple mejor de lo que, a estas alturas, se podría esperar de Milligan Finalmente, la historia concluye con el retorno del tercer gran villano mutante clásico, Mr Siniestro, como anuncio de la ya tan deseada y esperada etapa de Mike Carey que, esperemos, dará aire fresco a esta serie y, esperemos, nos hará olvidar los últimos 2 ó 3 años de serie. Con él llegará Chris Bachalo, habrá que esperar para comprobar si es el Bachalo comedido de los últimos tiempos o el Bachalo "desencadenado" de obras como Steampunk o New X-Men.

En el apartado gráfico, Salvador Larroca lleva el peso de la trama central. Lleva a cabo una nueva evolución en su estilo y pasa a encargarse no sólo de los lápices, sino también de la tinta y los grises. El resultado es, cuanto menos, llamativo, aunque en esta saga peca de recargar los páginas en algunos momentos. También los diseños de las nuevas armaduras son un poco excesivas, con tanto cuerno, tanta correa y tanta armadura. Las historias de complemento están realizadas por autores efectivos y habituales de trabajos menores en Marvel, como Pasqual Ferry, Aaron Lopresti, Clayton Henry, Paul Pelletier y Casey Jones. Cumplen bien, unos mejor que otros, todo sea dicho.