Betsy Braddock ha sido una de las protagonistas más destacadas de la Era Krakoa desde sus inicios. Su participación como miembro de Excalibur, su alianza con :A: (anteriormente conocido como Apocalipsis) y su transformación en la Capitana Britania son los principales hitos de la hasta entonces conocida como Mariposa Mental desde que Jonathan Hickman se hizo cargo de la franquicia mutante para someterla a una renovación como nunca antes se había visto. Con la batalla por el destino de Otromundo finalizada, la Capitana Britania tiene por fin tiempo para afrontar otros problemas de índole doméstica, como la nula aceptación que tiene entre la opinión pública británica, el retorno de Morgana Le Fay y la convivencia con su familia, a la que ahora pertenece su nueva novia, Rachel Summers. Tini Howard, guionista que ha guiado el destino del personaje en estos últimos años, escribe el ¿último? capítulo protagonizado por Betsy Braddock antes de la inminente Caída de X.
Betsy Braddock: Capitana Britania. Defensora del Reino.
Guión: Tini Howard
Dibujo: Vasco Georgiev
Color: Erick Arciniega
Tomo Rústica. 136 páginas
16,50€
Panini Cómics
Una de las características principales que ha aportado a la franquicia mutante la Era Krakoa es una mayor diversidad de tramas que ha permitido diferenciar las series principales de forma estratégica. Aunque la mayoría de las series se centraban, desde ópticas muy distintas, en el desarrollo de la Nación Krakoa y en hacer frente a sus enemigos, Excalibur fue una excepción desde el primer momento. Su guionista, Tini Howard, recuperó para la ocasión a Otromundo y todo el aspecto místico proveniente de la tradición inglesa que, pese a haber estado muy presente en los orígenes del Capitán Britania y Excalibur, se había dejado de lado en las series mutantes en favor de un enfoque puramente superheroico. De esta manera, Howard desarrolló una historia en la que Betsy Braddock se alzaría no ya como la nueva Capitana Britania, sino también como la líder del Cuerpo de Capitanas Britania del Multiverso Marvel y lograría restaurar el orden en Otromundo. Estos hechos tuvieron lugar en la serie regular Excalibur y en la miniserie Caballeros de X, con Marcus To y Bob Quinn en el apartado gráfico respectivamente.
Llegamos así hasta Defensora del Reino, miniserie en la que se narran hechos que suceden antes de que la Gala Fuego Infernal 2023 cambiase para siempre el destino del homo superior. Uno de los aspectos positivos de esta miniserie es su propio formato autoconclusivo, ya que plantear la historia en unos pocos números permite a la guionista desarrollar a los personajes, incluir nuevos aspectos que enriquezcan la trama y resolver el conflicto de forma inmediata. Esto es algo en lo que Howard no estuvo siempre acertada en Excalibur, serie en la que hubo algunas subtramas de larga duración que no quedaron resueltas de forma efectiva y los secundarios no siempre estuvieron bien desarrollados. En ese sentido, la miniserie Caballeros de X ya había supuesto una gran concreción argumental, mejora literaria que se consolida en este volumen.
Con la línea argumental de Otromundo cerrada, Howard tiene espacio ahora para continuar el desarrollo de la familia Braddock, secundarios a quienes ha ido transformando a lo largo de toda la Era Krakoa. Uno de los mayores cambios introducidos por la guionista fue la transformación de Brian Braddock en el Capitán Avalón una vez que su melliza tomó el papel de Capitana Britania. Tras ser sometido y usado por Morgana Le Fay, a Brian se le volvió a dar la oportunidad de elegir entre el amuleto o la espada, eligiendo esta última en un proceso de redención que le situaría como guardián de Avalón, rol que en esta historia desempeña una vez más. Howard recupera también algo que personalmente me ha encantado volver a ver: la faceta científica del personaje, muy olvidada en estas últimas décadas. Además, él y Meggan (ahora conocida como Glorianna) ejercen como padres de la superdotada Maggie, personaje a quien espero que se dé más espacio en algún momento del futuro. Ojalá las aventuras de estos personajes y de la Academia Braddock se retomen en el landscape posterior a la Era Krakoa.
Por otro lado, en esta historia también hay espacio para las maquinaciones de Jamie Braddock, el hermano díscolo de la familia. Su estado mental sigue sin ser estable y le lleva a traicionar ¿involuntariamente? a sus hermanos pequeños en los momentos menos oportunos. Como aspecto negativo, en esta aventura no se le da demasiada cancha al personaje para hacer de las suyas como sí hizo en Excalibur. Al núcleo familiar Braddock se une de forma oficial Rachel Summers, ahora conocida como Askani, al consolidarse su relación sentimental con Betsy Braddock. Es innegable que Howard ha desarrollado esta pareja de forma orgánica y el vínculo que plantea entre ambas no resulta solamente convincente, sino que ayuda a ambos personajes a crecer y a ser heroínas más entregadas, eficientes y poderosas. La relación entre Betsy y Rachel resulta así constructiva y enriquecedora. También me gusta cómo se usan los poderes de Rachel, que han ido in crescendo a lo largo de la etapa Krakoa hasta obtener un alcance multiversal.
Otros personajes a los que Howard recupera para la ocasión y a los que me hace especial ilusión ver es a la División Psi de S.T.R.I.K.E., a la cual perteneció Betsy en su etapa como espía, a Peter Wisdom y a Faiza Hussain, la nueva Excalibur, con quien la escritora aprovecha para plantear la cuestión racial como motivo para su menor aceptación entre la población inglesa. Algo similar ocurre con la Capitana Britania: los británicos también muestran un gran rechazo hacia Betsy Braddock, argumento con el que Howard incluye la cuestión de género al mostrar que existe una mayoritaria preferencia por su predecesor en el título de Capitán Britania, su hermano Brian. Por último, Howard vuelve a recurrir a Morgana Le Fay como la gran villana de la historia y, además de recuperar al Clan Akkaba (el clan de adoradores de Apocalipsis) y la Furia, también incluye en la historia al otro gran aliado clásico de Le Fay, el Doctor Muerte, para ayudar a la villana a conseguir su objetivo: controlar a la Capitana Britania y, a través de ella, a Inglaterra.
El apartado gráfico corre de la mano de Vasco Georgiev, un artista a quien conocíamos principalmente por sus ilustraciones para portadas de cómics de DC y que, si no estoy equivocado, debuta como artista de interiores en esta miniserie. Me gusta mucho su dibujo por sus figuras estilizadas y elegantes. Su trabajo está en la línea estilística de Excalibur y Caballeros de X, es decir, recuerda en muchos momentos a Marcus To y a Bob Quinn. Esto se intensifica con la paleta de Erick Arciniega, que se ha encargado del color de las tres series, homogeneizando el resultado visual. La narrativa de Georgiev es muy interesante: es fluida y dinámica y utiliza la disposición las viñetas para enfatizar el dinamismo. Para ello rompe con la colocación de viñetas más tradicional y la sustituye por estructuras variadas entre las que se incluyen viñetas que surgen dentro de otras, viñetas que atraviesan la página o viñetas que se unen en formaciones casi circulares.
Aunque todo en esta historia apunta a una despedida del personaje por parte de la escritora, imagino que para Tini Howard ha sido una gran oportunidad poder desarrollar a Betsy Braddock durante estos años y hacerla evolucionar como personaje hasta el punto de dejarla en un momento totalmente diferente al que se encontraba antes de la Era Krakoa. Ha sido un viaje con muchos aspectos positivos y, aunque en algún momento no tuve claro hacia dónde iba, creo que ha llegado a buen puerto. Ya estoy deseando saber más del futuro del personaje.