jueves, noviembre 04, 2021

Reflexiones acerca de la Gala Fuego Infernal

Hace unos meses, los seguidores de las series de la franquicia X recibimos una invitación para acudir a la Gala Fuego Infernal. Desde entonces, dicha Gala ha atraído las miradas de los lectores de las aventuras mutantes porque la Oficina-X supo cautivar al público realizando una campaña de promoción sin precedentes: catálogo de trajes, entrevistas a los autores, el misterio sobre el gran anuncio de la gala, la encuesta de elección de los componentes de la nueva Patrulla-X... El gran evento de la temporada ha llegado a su fin en España recientemente. Bueno, en realidad debería decir que casi ha llegado a su fin, ya que todavía quedan por publicarse dos episodios más: los de Senda de X y Corporación-X, que verán la luz en tomo en diciembre y enero respectivamente. ¿Ha cumplido la Gala las expectativas que generó?


Uno de los comentarios más recurrentes desde que comenzó la andadura de Jonathan Hickman en la franquicia mutante gira en torno al cambio sufrido en la caracterización de los personajes. Muchas críticas enfatizan que los protagonistas de las series no se comportan como antes y que, incluso, toman decisiones contrarias a las que habían defendido en etapas previas. Se podría decir que es una de las características principales de su etapa y, argumentalmente, se podría justificar con el paso adelante para los homo superior que, desde las sombras, impulsa Moira MacTaggert tras la revelación de su poder mutante en el segundo número de Dinastía de X. Este episodio, titulado "La increíble vida de Moira X", supuso un cambio de dirección similar a los sufridos por los mutantes al comienzo de la etapa de Grant Morrison o cuando la Bruja Escarlata proclamó la fatídica frase "No más mutantes" durante la Dinastía de M. Llegados a este punto, es ahora, con la celebración de la Gala Fuego Infernal, cuando considero que hemos podido confirmar que, realmente, los personajes se comportan de forma diferente a la habitual porque son conscientes, más que nunca, de estar viviendo una etapa trascendental para los mutantes y que, haciendo gala de su propia naturaleza evolutiva, se han adaptado a este nuevo statu quo para sacar el mayor provecho de una oportunidad única para su especie.



El ya clásico segundo número de Dinastía de X parece tener como referente literario evidente a la novela de Claire North titulada "Las quince primeras vidas de Harry August", en la que su protagonista, con quien Moira comparte más de una habilidad, debe evitar el fin del mundo aunque en su misión tenga que llevar a cabo comportamientos y acciones cuestionables. Esta sensación de incomodidad también la hemos experimentado los seguidores de las series mutantes desde que Hickman se encargase de dirigirlas. Desde el inicio, nos hemos sorprendido con la reconciliación ¿definitiva? de Xavier Magneto y del tratamiento proactivo que ambos ejercen ante las amenazas que ponen en riesgo las vidas mutantes. Unidos, han creado la nación Krakoa, paraíso y hogar para todos aquellos con el gen-X en su ADN, un lugar que ofrece la oportunidad de tener un nuevo comienzo (literalmente si se es uno de los resucitados por Los Cinco) porque todos los mutantes son aceptados y perdonados si cumplen la Ley Mutante dictada por el Consejo Silencioso. Además, con la colaboración de otros aliados, como el renovado Club Fuego Infernal, Siniestro Apocalipsis, Xavier y Magneto han movido sus hilos para establecer a Krakoa como una gran potencia mediante tratados de colaboración con otros países, valiéndose para ello de lazos económicos en los que la avanzada ciencia mutante será su principal producto a exportar en forma de fármacos capaces de curar muchas de las afecciones más comunes y extendidas entre los humanos. Pero, ¿cuentan con la aceptación de los dirigentes de La Tierra?

Los planes de expansión de Krakoa implican un nivel aceptable -para los mutantes, al menos- de ambigüedad moral por basar los vínculos con otras naciones en, por un lado, relaciones económicas vinculadas a material médico y, por otro, en evitar un posible conflicto con una isla con un gran potencial militar al estar habitada por cientos de mutantes poderosos que podrían barrer el suelo con cualquier ejército. Sin embargo, a lo largo de estos primeros actos de la etapa Hickman no se ha debatido lo suficiente sobre el método de expansión económica de Krakoa. Es cierto que tanto X-Force como los Nuevos Mutantes y Los Merodeadores han combatido con quienes se resisten a tratar con la isla habitada por los homo superior, con países que ponen en el punto de mira a los mutantes y con quienes han introducido la medicina krakoana en el mercado negro, pero casi parece que los países de La Tierra hayan estado expectantes por conocer los límites de Krakoa antes de decidir si son un peligro o un aliado. Por lo tanto, se ha tratado esta desconfianza de forma tangencial en varias series con planteamientos interesantes, pero no con gran profundidad. La Gala Fuego Infernal, tan esperada por el entorno mutante, servirá para resolver la duda sobre la fiabilidad de los compromisos mutantes con los demás países del planeta. 


Retomando una antigua tradición del Club que se ve en el complemento del episodio de Merodeadores (que recupera el X-Men Classic #7 de Chris Claremont y John Bolton), Emma Frost, Sebastian Shaw y Kate Pryde organizan el evento mutante del año con la intención de celebrar la cultura mutante y fortalecer la amistad de Krakoa con las naciones humanas. Dejar las relaciones públicas de Krakoa en manos de Emma Frost es, sin duda, una de las mejores ideas que ha salido de la isla: con ella al mando, el resultado solamente pude ser fabuloso. Políticos, embajadores, celebrities y otros superhéroes como Los Vengadores y Los 4 Fantásticos se encuentran entre los invitados de esta particular fiesta que tanto bombo ha tenido desde el mismo momento en que fue anunciada por Marvel. Y es que, si las historias de la franquicia mutante siempre han estado estrechamente vinculadas con la metáfora de la diversidad y su inclusión social, la Gala supone visibilizar la actualización de esta metáfora con el empoderamiento de la nación Krakoa como espejo de las victorias conseguidas en su lucha por la igualdad por parte de las minorías sociales en la vida real durante los últimos años: se celebra la diversidad, el derecho a reivindicar la individualidad de cada uno y la aceptación (o no) de los demás. 

Este hecho tiene su primer reflejo a nivel estético con el diseño de los trajes que portan los mutantes en su fiesta y que le dan ese aire tan de alfombra roja de la MET Gala, el acontecimiento de moda más importante del año que, muy probablemente, la Oficina-X tenía en mente cuando comenzaron a trabajar sobre el concepto del evento (lo cual también se refleja en esas portadas alternativas que simulan a las de la revista Vogue). Las creaciones del modista mutante Jumbo Carnation más allá de ser una muestra -quizá ostentosa- de la cultura homo superior, resumen a la perfección la historia de muchos personajes y muestran los cambios que han sufrido en las últimas etapas de las series. 

Así, aunando elementos clásicos reconocibles para los lectores veteranos con diseños de gran modernidad en los que se combinan las telas y cortes de moda de alta costura con los propios poderes de cada Hombre y Mujer-X, se logra crear un traje que no chirríe con lo que realmente esperamos que estos personajes podrían llevar a una fiesta de gala de esta envergadura. Sin embargo, y como veremos, todos estos diseños que pasarán por la alfombra verde de Krakoa no serán más que una magnífica cortina de humo para lo que realmente nos quieren contar en la Gala. Esto no desmerece, ni mucho menos, el magnífico trabajo realizado por Russell Dauterman, el artista que realmente ha estado detrás del  diseño de unos trajes que han pasado ya a la historia de los mutantes y tardaremos mucho en olvidar.

La atención y el foco en torno a los trajes llevados por los mutantes a la Gala Fuego Infernal no es el único elemento que desviará la atención del gran acontecimiento de la Gala y, desde los primeros números en los que transcurre, se van a ir mostrando diversos sucesos que, si bien dan un mayor trasfondo a la historia, no son más que el anticipo para el verdadero punto de inflexión que está por llegar. La llegada del Doctor Muerte. La poco afortunada intervención de los Infernales. Las muertes de Gabby Kinney, Christian Frost y Peter Wisdom. Las conversaciones inquietantes que podemos leer de forma intermitente. La incursión de una amenaza procedente de Tierra Verde. El reencuentro entre Ríctor y Estrella Rota. El resultado de las elecciones para formar parte de la Patrulla-X. La borrachera de Rondador Nocturno. El discurso de Emma Frost. El encuentro entre Cíclope y Kevin Feige. Todas estas microhistorias enriquecen el evento hasta que aparece el plato fuerte en el episodio Patrulla-X: Escala Planetaria

Desde que comenzó la etapa Hickman con Dinastía de X/Potencias de X, hemos ido viendo cómo Krakoa ha logrado un lugar en el mundo. Quizás no es el más adecuado ni el que desee su Consejo Silencioso, pero los esfuerzos realizados van teniendo cierto éxito, por lo que es hora de dar un paso más allá que muestre el verdadero poder de la nación para mirar al futuro con esperanza y, a la vez, dar respuesta a un problema surgido tras el evento anterior, X de Espadas. Al acabar dicha saga, la isla nación Arakko, la versión oscura de Krakoa, llegó para quedarse. O eso parecía porque, en realidad, poco se ha podido ver de ella desde entonces. Poblada por millones de mutantes de gran ferocidad y capacidad destructiva, Arakko se ha convertido en un contratiempo para los planes de Krakoa al contar con un potencial ilimitado de posibles conflictos que pueden provocar el rechazo internacional de la nación mutante. La situación es complicada, pero Magneto tiene un plan para proteger los objetivos de Krakoa. 


Serán Gerry DugganPepe Larraz y Marte Gracia quienes nos narren cómo los mutantes dan este paso más allá en su reivindicación como especie en el especial Escala Planetaria. Durante la Gala Fuego Infernal veremos la culminación de la estrategia del amo del magnetismo, que consisten en algo tan imposible como reclamar Marte como el primer planeta mutante. La terraformación de Marte, llevada a cabo mediante la combinación de habilidades de mutantes de Krakoa y Arakko, darán lugar al Planeta Arakko, capital del Sistema Sol, centro de gran importancia en el escenario político galáctico gracias a la gran cantidad de seres superpoderosos que lo pueblan. Como veremos en la serie SWORD, Arakko comenzará de inmediato a negociar con los grandes imperios galácticos, con la mediación del equipo de Abigail Brand, mediante tratados económicos utilizando como moneda de cambio el nuevo metal mutante llamado mysterium. 

Este hecho es muy significativo, ya que coloca a los mutantes, por vez primera, al frente de la política de La Tierra o, mejor dicho, del Sistema Solar, y no gustará a muchos, incluidos algunos viejos aliados. La metáfora del empoderamiento ha llegado a su grado máximo. La raza mutante no es solo conocedora de su valía y de su poder, sino que, ahora, también es consciente de que ya no necesita a los humanos, con quienes han tratado de convivir durante décadas, hecho que ahora les resulta indiferente. Arakko es una promesa de futuro para La Tierra, pero, especialmente, para los mutantes: un mundo en el que todos son aceptados y comparten los mismos derechos y obligaciones. Un planeta mutante que se convierte en representante del sistema solar. La gran bofetada sin mano de Krakoa a los humanos. Sin duda, un acontecimiento digno de convertirse en unos fuegos artificiales.

Preguntaba al principio de este texto si la Gala Fuego Infernal había cumplido las expectativas generadas. Creo que sí. Incluso, creo que las ha superado al haber sabido envolver de tanto glamour el paso más decisivo que jamás haya dado la especie mutante. Quizás los mutantes seguirán siendo odiados y temidos, aunque esta vez, puede que haya razones de peso para ello. El tiempo lo dirá. 

Se abre una nueva época para la historia mutante de la que Jonathan Hickman se desvinculará tras el próximo evento, Inferno. Garry Duggan, con un estilo literario muy próximo al de Hickman, y Pepe Larraz se han encargado del número principal de la Gala Fuego Infernal y también lo harán de la nueva serie de la Patrulla-X. Si el camino a seguir se parece al de dicho especial, parece que los mutantes siguen estando en buenas manos. Confiemos que sí.

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