Muchos lectores dotamos a nuestras lecturas de una visión única en función de nuestro contacto previo con los personajes implicados y los sentimientos que hacia ellos tengamos. Hace tiempo lo denominé factor nostalgia e incluso utilicé ese término para realizar una sección aperiódica en una desaparecida web sobre cómic en la que hablaba sobre aquellos tebeos que me habían marcado o a los que tenía un especial cariño. Este tomo de Cable apela a ese factor nostalgia como elemento fundamental, pero, por desgracia, no tiene los efectos esperados.
Colección 100% Marvel
Cable: Nuevos Mutantes
Ed Brisson y Jon Malin.
128 páginas. 12.50€
VIAJES DEL FUTURO PASADO
En esta saga, Ed Brisson propone un viaje al pasado para retomar una serie de cabos ¿sueltos? de las etapas de Nicieza-Liefeld (y continuadores) y Loeb-Pollina que giran en torno a Los Externos, el grupo de mutantes inmortales que cuenta en sus filas a Selene, Candra o Gideón. Quitando a estos tres (que tuvieron un mayor desarrollo), Los Externos fueron un grupo muy marginal que apenas dio juego más allá de la posibilidad de que Bala de Cañón fuese también uno de ellos. Loeb se los quitó de encima en cuanto pudo, concretamente en los episodios previos a Onslaught dibujados por Adam Pollina, cuando Selene asesinó a sus compañeros y se estableció que Los Externos sólo pueden morir a manos de otros Externos.
Teniendo esto en cuenta, ya podíamos esperar que esta saga tuviera un interés escaso y que fuese bastante intrascendente. De hecho, el único elemento que puedo destacar es que viene a funcionar como una especie de precuela de la saga Necrosha debido a la relación que se establece entre Selene y Destello y el misterio sobre cómo ésta última acaba bajo el control de la inmortal.
VIAJAR TE CAMBIA (O NO).
El desarrollo de la historia no es destacable. Avanza dentro de lo esperado. Sin embargo peca de ser absolutamente intrascendente tanto para los personajes implicados como para la continuidad mutante más allá del morbo (¿?) de volver a presenciar la muerte de Los Externos. Es una historia tan poco importante, que el guionista ni siquiera se molesta en desarrollar a los personajes, cuya caracterización van de lo plano (Longshot) a ningún tipo de caracterización (X-23) pasando por el cliché de los dientes apretados (Estrella Rota). Todos los personajes se comportan como deberían y no hay ninguna innovación. La previsibilidad es la mayor característica de los protagonistas de los (más) Nuevos Mutantes.
Hay que destacar que Brisson también se complica la vida innecesariamente al situar la trama trece años en el pasado, pero no en tiempo Marvel, sino en tiempo real, por lo que la historia transcurre hacia el año 2004-2005 e incluye a personajes como X-23 o Armadura que, por su edad, apenas serían unas niñas si se tuviera en cuenta el tiempo Marvel. También aparecen Longshot y Estrella Rota, que, probablemente, en tiempo Marvel aún no habían hecho su primera aparición y se supone que estaban en el Mojoverso. Quitando el dato, esto no influye en la trama, pero sí que es innecesario y podría haberse omitido, por lo que me parece inexplicable que un editor no tuviera esto en cuenta.
En definitiva, un tomo olvidable y que, para más males, cuenta con el dibujo de Jon Malin, discípulo de Rob Liefeld que tiene todos sus excesos, narra bastante mal y sus personajes tienen unas proporciones poco reales, aunque no llega a las licencias de su maestROB!. Por suerte, su apoyo al ComicsGate hizo que fuese apartado de Marvel, esperemos que por mucho tiempo.
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