sábado, julio 14, 2007

the X Men (nº del 1 al 3): Orígenes

Aprovechando el parón veraniego, creo que es buen momento para realizar un análisis concienzudo sobre algunos de los momentos clave de la historia mutante. Como pretendo que dicho análisis sea bastante completo, aconsejo aquellos que no hayan leído dichas historias y pretendan leerselas, que eviten la lectura para no tragarse ningún spoiler. Dicho eso, llega el momento de comenzar ¿Por dónde? Por el Principio:

Corrían los años 60 cuando dos jóvenes con muchas ideas, imaginación y ganas de labrarse un nombre en el mundillo del comic, crearon lo que con el paso del tiempo llegaría a conocerse como Marvel Comics. En una época de dura competencia en la que casi todo el mercado pertenecía a DC, Stan Lee y Jack Kirby consiguieron sacar a flote una línea que pronto se ganó a favor del público gracias a personajes como Spider-Man, Los 4 Fantásticos, Hulk o el Doctor Extraño.

Entre idea e idea, un nuevo concepto irrumpió en la fértil mente de Stan: Un grupo de superhéroes adolescentes marginados, nacidos con poderes que desafían a la imaginación, los cuales, día sí y día también, salvarían el mundo de aquellos que lo amenazan mientras aprendían a controlar sus poderes. Así nacerían… ¡Los X-Men! ¡El equipo de superhéroes más extraño de todos los tiempos! Se ha especulado mucho sobre en que se inspiró Stan para crear al equipo que en primera instancia se iba a llamar únicamente “Los Mutantes”, se ha hablado mucho de la Doom Patrol (cuando solo tienen 3 meses de diferencia) pero la única que parece clara (aunque Lee nunca lo haya reconocido) es la novela de ciencia ficción “Children of the Atom” escrita Filmar H Shiras, donde ya nos encontraríamos con el concepto de los mutantes. Según palabras de Stan Lee, los mutantes solo fueron una excusa para crear un gran número de superhéroes sin tener que idear un origen para cada uno. Poco podría imaginar la repercusión a largo plazo que tendrían dentro del comic unos personajes que, nunca fueron su “niña bonita”. Pero eso es historia para otro día, de momento, centrémonos en lo que fueron los primeros números publicados de la serie, números, que ya sentaron los conceptos de lo que vendría a ser el futuro de los X-Men.
El primer número de la colección arrancaba ya con dos ideas que se han terminado por convertir en clásicas durante la historia de la Patrulla X: La sesión de entrenamiento y la llegada de un nuevo miembro.

Arrancamos la historia en el estudio principal, donde, un misterioso hombre calvo reposa sobre su asiento esgrime una orden mental y, acto seguido, aparecen en la sala un grupo de extraños jóvenes vestidos con unos uniformes todavía mas peculiares. Así es como conocemos a los primeros miembros de la Patrulla X (Cíclope, el Hombre de Hielo, Ángel y La Bestia) así como a su inquietante mentor, el Profesor Charles Xavier.

Durante las páginas siguientes, asistiremos a la sesión de entrenamiento a la que él último someterá a sus pupilos gracias a la cual iremos conociendo a cada uno de los integrantes del grupo, cuales son sus habilidades y cual su personalidad. Así tenemos a Bestia y al Hombre de Hielo, los miembros más “dicharacheros” del grupo, cuyas puyas y discusiones se convierten inmediatamente en lo más divertido del comic. El primero es un joven de aspecto rudo, casi simiesco, con una agilidad increíble y unos pies y manos de talla XXL. En un principio, no había rastro de ese agudo ingenio que ha caracterizado al personaje por aquel entonces, mostrándose mas con un bruto noblote, aguerrido y sincero pero también mete patas que otra cosa. En cuanto al Hombre de Hielo, es básicamente el que conocemos de toda la vida. Con la habilidad de crear ráfagas de hielo y nieve, Bobby Drake es el alevín del equipo. Con a penas 13 o 14 años, usa más sus poderes para hacer payasadas o gastar bromas a sus compañeros. Siempre activo y parlanchín, su aspecto sin embargo era un tanto distinto en sus orígenes, ya que, en lugar de recubierto por una capa de hielo que le otorga el lineal aspecto cúbico de un cubito de hielo, su cuerpo estaba recubierto por una irregular capa de nieve que le hacía parecer un auténtico Jack Frost emergiendo de un par de botas (lo único que se podía distinguir en un cuerpo totalmente homogéneo que casi parecía mas un montón de nieve que una persona) El carácter de ambos personajes y como se relacionaban en un principio puede recordar mucho al de La Cosa y La Antorcha Humana de Los 4 Fantásticos, algo que quizás no sea casual, dado a lo estereotipado de los personajes de Stan Lee por aquella época.

El resto del equipo estaba compuesto por Cíclope y Ángel, los “machos alfa” del grupo, quienes, por entonces, tenían una personalidad bastante plana. Con la habilidad de lanzar potentes rayos energéticos a través de sus ojos, Cíclope (Scott Summers), es el alumno aplicado, gentil (y hasta un poco pelota) del Profesor Xavier, viéndose inmediatamente que es su alumno aventajado. Ángel sin embargo, con su habilidad para volar gracias a dos alas que emergen de sus omoplatos a modo de lo que su nombre indica, es arrogante y presuntuoso aunque sin llegar a la vanidad, siendo también alguien henchido de valor en quien sus compañeros pueden confiar plenamente. De su mentor, el Profesor Xavier, poco sabemos de momento salvo que, a parte de representar la clásica figura del profesor estricto pero justo de la época, está postrado perennemente en su silla por causa desconocida y posee unos increíbles mentales. Pero como hemos dicho antes, poco arranque de los X Men sería este sin la llegada de un nuevo miembro.

Recurso usado durante más veces de las que se puede recordar en la historia de este grupo (o de otros grupos, lease JSA) siempre ha sido una forma perfecta de transmitir al lector esa sensación de “novedad”, de estar sumergiéndose en un universo nuevo e interesante en el que, en cada recoveco, hay una sorpresa. En algunas ocasiones ha sido narrado desde los ojos del nuevo miembro que se arrancado de su vida normal y tranquila para caer de lleno en un mundo mágico y extraño en el que las emociones desafían a la misma razón (recordemos a Júbilo en la serie de animación de los 90 –o en los mismos comics de finales de los 80-, la Pícara de la versión fílmica o la Magma de la penúltima versión para consolas) o en otras, son los miembros ya existentes los que, junto al lector, permanecerán intrigados por la identidad del/los nuevo/s miembros, algo que alcanzaría su máxima evolución con Len Wein en el mítico Giant Size. En esta ocasión, la nueva incorporación no es otra que Jean Grey, alias, la Chica Maravillosa, y como se suele decirse, con ella llego la revolución.

La llegada de Jean Grey al Instituto Xavier provocó un maremoto hormonal sin parangón en el mundo del comic, y es que desde que aquella chica de cabellos rojos y ojos verdes entró por la puerta, todos los miembros del equipo quedaron prendados irremediablemente de ella. ¿El motivo? ¿Su belleza cautivadora? ¿Estaban todos mas salidos que el pico una plancha? ¿Simpleza guionizando de Lee –chica+grupo de adolescentes=calentón del 15-? A saber, el caso es que qué dé un paso al frente quien no haya pasado alguna vez por algo parecido, y es que la chica lo merecía. No recuerdo si fue Claremont o Morrison quien puso en boca de uno de sus personajes la frase de “todos la amábamos, hasta el último de nosotros se enamoró de ella cuando la conocimos” y es que realmente fue así. Se ha criticado mucho a Stan Lee por sus personajes femeninos tildándolos de planos y simples, pero nada más lejos de la realidad. En aquella época teníamos por un lado a Janet Van Dyne, la Avispa, presumida, coqueta y una auténtica “coneja” (como acertadamente la describió un colega) que siempre estaba buscando cacho intentando seducir a un doctor Pym sin perder de vista al resto de los Vengadores. Por otro, a Susan Storm, la Mujer Invisible, un ama de casa dulce, sensata y cariñosa poco hecha para la vida de superheroína (y que quizás sea el personaje que más evoluciono bajo los lápices de Stan Lee, y si no, no hay más que ver como era años antes de su boda y como era al final de la etapa de este). Mientras, Jean Grey se mostró desde el principio como una chica sofisticada y sobre todo, de una gran fortaleza. Tan femenina como aguerrida, tan dulce como fuerte y poco dispuesta a dejarse mangonear por sus compañeros, su irrupción entre sus compañeros demostrando sus poderes telequinéticos es poco más que mítica. En aquel momento, Jean no solo consiguió el corazón de sus compañeros, si no también el de miles de lectores entre los cuales me incluyo.

Tras presentar a los que serán los protagonistas de la historia, el Profesor Xavier nos pondrá en antecedentes del mundo en el que vamos a penetrar, un mundo en el que aparecen sin previo aviso jóvenes con habilidades asombrosas como ellos a causa de una mutación en su genoma. Él será quien se encargue de entrenarles en el uso de sus habilidades super-humanas para que así puedan convertirse en miembros productivos de la sociedad así como defender al mundo de otros como ellos que han decidido emplearlos para fines egoístas. Y así es como llegamos al punto donde hace aparición el primero y más antológico villano del grupo: Magneto.

Presentando por primera vez como un siniestro científico embutido en un traje que recordaba a un rey-guerrero de la antigua Grecia, Magneto era un mutante que pretendía el alzamiento de su especie para arrebatar el mundo a los humanos. Mediante sus descomunales poderes magnéticos, el villano realiza su primera incursión en el ya mítico ataque a la base de misiles de la Ciudadela del Cabo. A pesar de que la secuencia tiene escenas tan ridículas como la portada de un periódico anunciando “Proyecto Secreto boicoteado” (toma ya, si es secreto y lo anunciáis en portada como no), el uso de los poderes del amo del magnetismo en esta secuencia es de órdago. Escenas como el ultimátum escrito en el cielo con partículas de acero o los soldados disparando al terrorista mientras este se adentra impasible en la base se convirtieron en momentos estelares instantáneamente siendo homenajeadas cientos de veces posteriormente.

Una vez presentada la amenaza a hacer frente, los X-Men se dispondrían a detener al villano en una escena que se convertiría en marca de la casa: Los protagonistas vistiéndose con los trajes de superhéroe. No, no es que haya interés voyeur ni escenas picantes en estas, si no que con Lee (y posteriormente con Claremont y otros) servían para mostrarnos parte de las inquietudes y los pensamientos de los personajes, algo que hoy quizás quede un tanto desfasado, pero por entonces eran bien disfrutables.

Tras llegar a la base militar, se produce el enfrentamiento entre la Patrulla X y Magneto en el cual, este último, utilizará todos los recursos a su alcance para detenerlos obligándoles a emplear al máximo sus habilidades. Aunque empieza de forma muy imaginativa (con ese Cíclope forzando tanto su poder que la silueta de su cabeza se hace borrosa a causa de la cantidad de energía que libera o el clásico lanzamiento de misiles caloríficos) el enfrentamiento acaba de forma abrupta y anti-climática cuando, viendo que se enfrenta a unos iguales mutantes, Magneto se larga sin mas.

Pese a todo, estamos ante un buen arranque para un grupo super-heroico en el que ya se van sentando algunas de las bases y los X-Men hacen su primera aparición como héroes. Posteriormente a esta aventura se supone que se desarrollarían las aventuras narradas en la serie mucho posterior de X-Men First Class, pero como esta recurre a muchas incongruencias y no esta del todo claro, mejor pasaremos de ella.

En el segundo número tenemos a unos X-Men ya caracterizados en las calles de Nueva York justo antes de que Xavier los convoque en la mansión para una nueva misión mediante una orden psíquica. Durante unas cuantas páginas presenciamos a los X-Men en una competición por ver quien llega primero a la mansión mientras interactúan con la gente de a pie en unas escenas divertidas y algo ingenuas antes de que conozcan a su próximo adversario: El Desvanecedor.

Este mutante de aspecto que recuerda a un camaleón de autóctono tiene la habilidad para tele-transportase la cual utiliza para atracar distintos bancos ante el asombro de los empleados. Desgraciadamente, la discreción no es su fuerte, y, tras hacerse un nombre en el mundo del crimen se presenta en un cuartel militar para avisarles de que dentro de cuatro días les robará los planos de su nuevo satélite espía. Tras contactar con su enlace en el gobierno, Fred Duncan, el Profesor Xavier enviará a sus alumnos para detener al villano.

A pesar de que la trama pueda resultar algo ingenua, no olvidemos la época en la que fue escrita esta historia. Pese a todo, la acción esta magníficamente resuelta y el enfrentamiento entre el grupo y el Desvanecedor por conseguir el maletín con los planos resulta vertiginoso e impredecible a más no poder. Tras ser derrotados finalmente por el villano, el guionista nos muestra la tensión derivada del fracaso por la que atraviesa el equipo. El propio Xavier deberá tramar un astuto plan para recuperar los planos que le obligará a acompañar a sus alumnos a la batalla para recuperar los planos. La historia termina de forma original demostrando que Stan Lee pretendía explotar el uso de sus personajes en todas sus facetas.

En definitiva, una historia muy entretenida que desarrolla un poco mas a los personajes.


Y así pasamos al tercer número, en el que la trama sufre un giro y, en lugar de enfrentarse contra una amenaza, los X-Men tendrán que reclutar a un nuevo miembro.

Tras la consabida sesión de entrenamiento, el Profesor Xavier detecta la presencia de un nuevo mutante en la ciudad enviando a sus alumnos para reclutarlo. Estos, como casi todo, toman la misión como una oportunidad para competir entre ellos por ver quien consigue encontrarlo así como por conseguir los favores de Jean Grey. Se profundiza en la personalidad de Bestia, al que empieza a vérsele ya su faceta erudita, así como a Cíclope descubriéndose como un chico introvertido temeroso de sus propios poderes, algo que se menciona por primera vez en la serie y que recuerda en parte al Peter Parker del propio Lee. Los sentimientos que este alberga hacia Jean parece que van mas allá de un simple calentón, pero, por pura timidez es incapaz de confesárselos sin saber que no es el único en esa situación ya que Xavier parece sentir lo mismo que él. Es Warren (Ángel ) sin embargo quien se lleva a la gata al agua con su carácter lanzado y, de momento, parece que será el que se lleve las atenciones de la chica. Se establecerá así un alambicado cuadrángulo amoroso el cual irá cobrando protagonismo a lo largo de la serie.

Tras una complicada búsqueda por toda la ciudad que desencadenara algunos sucesos entre lo cómico y lo surrealista, los X-Men encontrarán finalmente a su objetivo en un circo ambulante: Un mutante de talla y volumen colosal que responde al nombre de Fred Dukes, la Mole.

Después de ofrecerle su oferta de reclutamiento, este decide acompañarles hasta su instituto, donde el mutante demuestra sus portentosas habilidades. Sin embargo, cuando llega el momento de aceptar el ofrecimiento de Xavier de unirse a los X-Men, este decide rechazarlo para regresar al circo. Tiene lugar entonces un acontecimiento de bastante ambigüedad cuando, indignado por la reacción del mutante, Xavier decide lavarle el cerebro para que no pueda revelar sus identidades. Pese a todo, la Mole consigue escapar de regreso al circo y, temeroso de que decidan escarmentarle, reúne a sus compañeros del circo para contraatacar a los X Men.

La batalla tiene lugar finalmente en el suelo de la Mansión y sus alrededores en un divertidísimo y surrealista enfrentamiento entre los X-Men y los “freaks” del circo, quienes conseguirán poner en serios apuros a la Patrulla X obligándoles a usar sus poderes con mucho ingenio mientras le dan tiempo al Profesor X a construir la máquina que les permitirá derrotar a sus adversarios.

Resumiendo, las tres historias que componen los primeros capítulos de los X-Men quizás no sean las mejores que se hayan podido escribir sobre estos, pero sin duda son muy buenos ejemplos que, además de ofrecer una grata diversión aportan los primeros detalles a lo que será el universo mutante.

Valoración: 8.75/10

3 comentarios:

Oneyros dijo...

siempre me ha encantado ese ekipo, es mi favorito, no es por tocar los cojones pero al principio la serie era The X-Men, luego paso a ser Uncanny

Worbbitt dijo...

Jajaja, entendido Oneyros, que desconocía ese dato ;)

Personalmente, también guardo muy buenos recuerdos de aquella alineación, tal vez porque era de las primeras que lei/conocí. Ya seguiré mas adelante con el regreso de Magneto y la llegada de la Hermandad de mutantes

IvánN Díaz dijo...

siempr he tenido curiosidad por saber si la novela Children of the Atom está publicada en español...


Lo cierto es que, en mi opinión, una de las cosas que más me sorprende de estos números es que Jean Grey no dé tanto "asquito" como Sue Storm y Janet Van Dyne, que eran de lo más cursis. Es un personaje que es medianamente interesante desde casi el principio.