Laura X, la joven clon/hija/hermana de Lobezno estrena serie en solitario. X-23 comienza un viaje que la alejará de sus compañeros de la Patrulla X para superar su pasado y reencontrarse a sí misma. Aparentemente, un personaje con tan poca trayectoria podría tener poco que contar. Sin embargo, Marjorie Liu nos sorprende en las historias recogidas en este tomo.
Dibujo: Will Conrad, Filipe Andrade Nuno Alves, Sana Takeda, Marco Checcheto y David López.
Color: John Rauch. Sotocolor. Nuno Alves.
Contiene: X-23 One Shot (Mayo 2010), X-23 #1-7 USA (noviembre 2010 - mayo 2011).
Edición española. Tomo Panini 208 páginas. 17,95€
Lobezno es un personaje omnipresente desde hace muchos años en Marvel. Actualmente, su presencia en las distintas series mutantes le lleva a aparecer regularmente en, al menos, 5 de ellas sin contar sus propios títulos. Además, como miembro de los Nuevos Vengadores, también es muy frecuente encontrarle en los grandes eventos Marvel y en muchos tebeos de la franquicia dirigida por Brian Michael Bendis. Sin embargo, parece que nadie se cansa de él, ya que los editores de Marvel dieron visto bueno a la creación de un subuniverso "lobeznoso" dentro del universo mutante. Era fácil, puesto que Daken ya contaba con su propia serie tras su pertenencia a los Vengadores Oscuros y, por otro lado, se disponía de Laura X tras el relevo de miembros producido en Uncanny X-Force. Así, Laura Kinney no tardó en tener su propia serie regular.
Su aparición no podría haber sido más acertada, ya que, tras el fin de Advenimiento, Lobezno ha pasado a estar en manos del guionista Jason Aaron, cuya primera decisión ha sido enviar al canadiense al infierno. Literalmente. Éste es el punto de partida de la serie de Laura X, quien es tentada por el demonio que ocupa el cuerpo de Logan para convertirla en su mano derecha en el infierno. Realmente, Marjorie Liu utiliza este marco como excusa para arrancar la serie y darle una razón de ser a las decisiones que la protagonista tomará, ya que liquida el asunto en un par de números para pasar a asuntos más interesantes, como el replanteamiento vital que Laura deberá hacer ahora que todos sus amigos saben a qué se ha dedicado como miembro de X-Force.
Sin embargo, el tomo comienza con un One-Shot que había quedado colgado en el que Laura acompaña a Lobezno hasta Nueva York y se reencuentra con algunos de sus viejos amigos, a los que ella extraña pero a los que sabe que debe dejarles seguir con su vida. Una buena historia en la que Filipe Andrade y Nuno Alves realizan un excelente trabajo.
La primera saga de la serie regular: El sueño de la muerte, así como la siguiente, están dibujadas por el correcto Will Conrad (a quien ya habíamos visto en Lobezno: Orígenes) y en ella vemos cómo Laura afronta su nueva situación en Utopia. Todos conocen su papel como miembro de X-Force y los horrores que tuvo que realizar, lo que afecta a su relación con el resto de los jóvenes pupilos de la Patrulla X, especialmente con Tensión e Infernal, su ¿novio?, quien resultó seriamente herido en la batalla contra los Nimrods. Todo ello, más la persecución a la que es sometida por parte de un ser demoníaco, la lleva a abandonar Utopía. No estará sola, puesto que Gambito la acompañará en su viaje en una segunda saga en la que ambos tendrán que unir esfuerzos contra Mister Siniestro.
Marjorie Liu, que se había encargado de Lobezno: Orígenes junto a Daniel Way, me ha sorprendido muy positivamente. Hasta que empecé a leer el tomo dudé seriamente que valiera la pena su lectura. Sin embargo, consigue expresar con total claridad la complejidad de la personalidad de X-23. Laura duda sobre si merece la pena ser una mujer X, si es digna de la confianza de sus compañeros y, sobre todo, duda de ser algo más que un clon fabricado para ser el arma definitiva. No sé por dónde condujo Liu la trama en los siguientes números o si tendría tiempo para desarrollar sus ideas antes de que fuese cancelada en la oleada de cancelaciones motivadas por al enésimo reboot de DC. Realmente espero que siguiese esta línea y que la serie no busque únicamente la espectacularidad, como Way en Lobezno Orígenes, sino que profundice y enriquezca a un personaje que, pese a ser muy reciente, ha calado hondo en muchos lectores pero que necesita con prontitud tener motivaciones y un entorno propio.
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