A lo largo de los casi cincuenta años que han transcurrido desde la aparición del primer número de The X-Men, escrito por Stan Lee, muchos han sido los guionistas que se han encargado de relatar las aventuras de los héroes mutantes. Muchos han pasado por las distintas series sin pena ni gloria, pero otros dejaron un imborrable recuerdo para los fans. Larry Hama, Louise Simonson, Chuck Austen, Grant Morrison, Peter Milligan, Scott Lobdell, Joss Whedon, Jeph Loeb, Warren Ellis... Para bien o para mal, todos los mencionados, y muchos otros, han contribuido a crear un subuniverso en el interior del Universo Marvel poblado por seres que han jurado defender un mundo que les teme y les odia por haber nacido diferentes al resto. Sin embargo, si hay una persona que será recordada por todos los fans mutantes de todos los tiempos, éste será, sin lugar a dudas, Chris Claremont, a quien todos conocemos de sobra. Esta introducción viene a cuenta de que hoy me apetece hablar de los herederos morales de Chris Claremont: Chris Yost y Craig Kyle.
Estos dos guionistas llegaron a Marvel desde el mundo televisivo, donde escribieron algunos capítulos de X-Men Evolution, destacando aquellos guiones en los que presentaron a X-23, una joven clon de Lobezno. El éxito del personaje fue tal que, muy pronto, ambos escribirían las miniseries que narrarían la historia pasada de X-23 después de que fuera introducida en el Universo Marvel a través de las páginas de NYX, escritas por el mismísimo Joe Quesada. Por lo tanto, X-23 siguió un camino similar al de Estrella de Fuego, quien también pasó a convertirse en personaje de cómic después de que apareciera en primer lugar en la mítica serie de televisión de Spider-Man y sus amigos. Gracias a la labor desempeñada en la miniserie Inocencia Perdida, en la que contaban el origen de X-23, Kyle y Yost pasaron a ser los guionistas de New X-Men, la serie protagonizada por los jóvenes estudiantes de la Patrulla X. A pesar de que los guionistas anteriores, Christina Weir y Nunzio DeFilippis, habían llevado a cabo una labor excelente, ninguno de los lectores de la serie estábamos preparados para lo que los nuevos escritores nos iban a ofrecer.
Si hasta ese momento New X-Men había sido una serie menor y que se dejaba llevar, en cierta manera, por lo que ocurría en las demás series, con Kyle y Yost al guión la serie pasó a ser el buque insignia de la franquicia X, superando a todas las demás series en espectacularidad, detallismo, capacidad de sorpresa, personalidad y, sobre todo, en caracterización de personajes y desarrollo de tramas. Desde los primeros números, la pareja de escritores demostraron ser grandes fans de la etapa clásica de Uncanny X-Men en un número en el que los estudiantes iban a la "cueva de peligro" y se entrenaban ataviados con los ropajes que usaba la Patrulla X en momentos tan importantes como su muerte en Dallas. Era un aperitivo de lo que estaba por venir... algo que pocos se podían imaginar.
Cuando Chris Claremont estaba a los guiones de Uncanny X-Men, los lectores sabían que en sus páginas podría suceder lo inesperado: la muerte de Fénix, la redención de Magneto, la pérdida de poderes de Tormenta, la marcha de Cíclope... Yost y Kyle tomaron la máxima de "espera lo inesperado" como principal lema para su etapa y, para empezar, provocaron la masacre de la gran mayoría de estudiantes que habían ejercido como secundarios en la etapa anterior a que se convirtieran en los escritores de New X-Men. Aprovechando que, tras el Día-M, eran humanos, y por tánto más débiles, los Purificadores los asesinaron haciendo explotar el autocar con el que la Patrulla X pretendía ponerlos a salvo lejos del Instituto Xavier. Este hecho impactó por igual a lectores como a personajes, que tuvieron que adaptarse a un nuevo escenario en el que nadie era imprescindible. Y pronto todos nos dimos cuenta cuando algunos de los protagonistas morían de forma trágica y cruel debido a los designios de Stryker y Nimrod. Quizás se les pueda acusar de abusar de golpes de efecto (como la muerte de Alhelí) o de crueldad (con la agonía de Ícaro), pero creo que nadie pudo permanecer indiferente a esta primera parte de su etapa en la serie. Su segunda etapa, algo más tranquila, dio paso, tras superar el Complejo de Mesías, a X-Force, una de las series que con más devoción sigue el público en los últimos tiempos y, además, por méritos propios.
Kyle y Yost recuperaron en New X-Men a personajes desaparecidos, como William Stryker, Nimrod, Belasco, S'Ym y Magik, actualizándolos para el siglo XXI pero sin perder ni un ápice de su esencia, nacida varias décadas atrás en algunos casos. La reaparición de todos estos villanos y de la hermana de Coloso contribuyeron a crear un enlace entre la modernidad y los tiempos en los que un solo hombre, Chris Claremont, manejaba el timón de la franquicia X. Pero sólo era un primer paso hacia X-Force, es decir, hacia una serie en la que un grupo de Hombres X "salvajes" actúa contra una galería de villanos que no es más que un gran ejercicio de retrocontinuidad casi perfecta realizado por los escritores. En X-Force han reaparecido personajes noventeros como Bastión, el Cameron Hodge de Proyecto Exterminio, la Falange o conceptos como el Virus del Legado. Además, personajes relativamente recién llegados, como la Reina de los Leprosos, interactuarán con otros que llevan en las páginas X casi desde el primer número, como el Desvanecedor. Y en el horizonte se divisa una guerra en la que está por decidir el futuro de los mutantes...
A pesar de que hace ya unos tres años que llegaron a las series mutantes, Kyle y Yost siguen sorprendiendo a los lectores con unas historias que demuestran que conocen perfectamente el bagaje de los mutantes, en el que cada detalle cuenta y en el que, pese a lo que pueda parecer a priori, demuestran que no hay personajes malos, sino malos guionistas y, como queda claro en su obra, ellos no lo son, por lo que personajes tan denostados como el Desvanecedor o Angel se convierten en piezas claves del mundo mutante o argumentos aparentemente finiquitados, como la trama del Virus del Legado o la Falange, recobran vigor y consiguen dejar a los lectores sin aliento con cada nueva vuelta de tuerca. En eso consiste la magia de la Patrulla X, como ellos bien saben.
No sé qué será de ellos en el futuro, pero, desde luego, yo ya los considero los grandes guionistas X del siglo XXI. Esperemos que alguien les ofrezca pronto la oportunidad de pasar a escribir las series principales para que puedan explayarse y dar todo lo que nos puedan ofrecer.
No sé qué será de ellos en el futuro, pero, desde luego, yo ya los considero los grandes guionistas X del siglo XXI. Esperemos que alguien les ofrezca pronto la oportunidad de pasar a escribir las series principales para que puedan explayarse y dar todo lo que nos puedan ofrecer.