X-Men. Especie en Peligro. Capítulo 1.

Guión: Mike Carey
Dibujo:Scott Eaton
Tinta: John Dell

Desde que Wanda Maximoff lanzara las fatídicas palabras "No más mutantes", el prometedor futuro del Homo Superior se ha visto conducido a un tétrico presente con un futuro más bien dudoso. Reducidos a poco más de un par de cientos, la especie mutante ha pasado de ser la especie que heredaría la biosfera a una especie en peligro flirteando con la extinción. Habiendo pasado ya más de un año desde aquel trágico momento que redefiniría el estatus de los mutantes dentro del Universo Marvel, las consecuencias de esta diezma han sido exploradas a lo largo de varios títulos, a manos de autores tan dispares como Peter David, David Hine, Chris Claremont, Ed Brubaker, Mike Carey y la dupla formada por Christopher Yost y Craig Kyle entre otros. Y esto es lo que nos lleva directamente a Especie en Peligro, la historia repartida a lo largo de las cuatro principales cabeceras mutantes (Patrulla X, X-Men, New X-Men y X-Factor) y en la que veremos cómo los X-Men se plantean el destino de su raza mientras buscan una solución que les aleje del aciago camino a la extinción.

Y la verdad es que este primer número no podría haber arrancado de forma más simbólica que con unos X-Men de luto asistiendo al funeral de un mutante muerto en trágicas circunstancias. Esa escena bien podría resumir lo que ha sido la existencia de los mutantes desde el Día de M, un continuo caminar entre las tumbas que les aguardan mientras contemplan impotentes esa cuenta atrás que acerca lenta pero irremediablemente al número de su especie desde 198 a 0, y es que, obviando a aquellos que murieron a causa de la pérdida de sus poderes o después de este suceso, no han sido pocos los mutantes que han muerto desde entonces y nada parece indicar que esta tendencia vaya a reducirse. Por mucho que los X-Men hagan por evitarlo, éste continúa siendo un mundo que les teme y les odia y ahora están más indefensos que nunca.

Así es como el trastornado asesino en serie apodado Necrófago se convertiría en la más que probable baja de la especia mutante tras su enfrentamiento con los X-Men, a la que seguirían una serie de muertes ligadas, de forma paradójica, a aquellos que habían jurado proteger a sus hermanos mutantes. Y es que ni siquiera los muros del Instituto Xavier para Enseñanzas Superiores, hogar y sede de los X Men y sacta santorum para la especie mutante, han sido eficaces para proteger a los mutantes de la muerte que les acechaba. El campamento de acogida para los 198 se convirtió así en un hervidero de tensiones que derivó en la muerte de John Arthur Zander, alias Jazz, y del mutante omega Absolom Mercator. Poco después tendría lugar la Cruzada de William Stryker y con ella perderían la vida los jóvenes pupilos de los X Men Laurie Collins, Max Jordan y Joshua Guthrie entre varias decenas de víctimas más. Incapaces de proteger a sus propios niños de la vorágine que se cernía sobre su especie, era sólo cuestión de tiempo que el núcleo más interno de los X Men fuese afectado por la tragedia. Y así es como Sean Cassidy, alias Banshee, caería heroicamente a manos de Vulcano al intentar proteger un avión de pasajeros del tercer hermano Summers. A la muerte del veterano X Men irlandés seguirían las de Ned Horrocks, miembro de los Expulsados, y, muy probablemente también, la de Jamie Braddock, hermano mayor de Mariposa Mental y el Capitán Britania, durante el enfrentamiento de los X Men contra el Primer Caído. La muerte de Alpha Flight a manos del Colectivo también se cobraría su cuota mutante con el fallecimiento de Zuzha Yu, hija mutante de Puck, durante el curso de la batalla. Poco después de esta tragedia llegaría la catástrofe de Stamford, en la que el enfrentamiento entre los Nuevos Guerreros y un grupo de criminales fugados se cobraría las vidas de los mutantes Zachary Smith Jr (alias Microbio) y Namorita (Prima de Namor y mutante en su variante atlante). Desde entonces, otras muertes de mutantes se han sucedido a lo largo de diversos títulos como pueden ser la de Maximus Jensen, alias Mammomax, a manos del Depredador X o la muy probable de Francis Klum, el tercer Mysterio, a manos de Miss Arrow, siendo la que nos atañe una más dentro de una larga lista de muertes que acercan a la especie mutante cada vez más a la extinción.

En este número también tenemos la participación de uno de los villanos más clásicos y con estilo de la Patrulla X. El que fuera el antiguo Rey Negro del Club Fuego Infernal, Sebastian Shaw. Dejando de lado su "aparición" en Astonishing X Men, llevábamos un tiempo sin ver a este villano que tanto había conseguido putear a los X Men en el pasado, así como desde el cuarto número del actual volumen de la Patrulla X. Durante aquella aventura escrita por Chris Calremont y dibujada por Andy Pak, Shaw se aliaba con Sabia y Roberto D´Acosta (Mancha Solar) para erigirse como nuevo Lord Imperial del Club. Aquel número terminaría con Sebastián gravemente herido tras su enfrentamiento contra su antiguo camarada y rival Donald Pierce para hacerse con el cargo, lo que conduciría a que el antiguo miembro de los Nuevos Mutantes Roberto D´Acosta se convirtiese en el nuevo Lord Imperial y de ahí las referencias que Shaw realiza en este número.

En esta saga no pierdas de vista a:

La Bestia. Hank McCoy ha pasado por muchísimos cambios desde que se incorporó a la Patrulla X. Y no sólo en su aspecto físico, que ha variado desde el de un humano corpulento al de un ser casi felino, pasando por diversos tipos de humanoide simiesco de distintos colores. En los últimos años, la Bestia ha pasado demasiado tiempo en los laboratorios de la Mansión X luchando contra muchas amenazas. Poderes descontrolados, estudiantes enfermos, Hombres X heridos… Quizás la mayor batalla a la que ha tenido que hacer frente Henry en los últimos años ha sido eliminar el Virus del Legado, la enfermedad que Dyscordia dejó como recuerdo de su paso por el s. XX. Durante meses y meses (o quizá años, que en “tiempo Marvel” nunca se sabe), la Bestia trató de hallar una cura a esta enfermedad y, en el proceso, vio morir a amigas como Illyana Rasputin y Moira MacTaggert, cuyas muertes dejaron en manifiesto el fracaso absoluto de la Bestia.

Tras encontrar una cura para el Virus, la Bestia volvió a los laboratorios de la Mansión X, esta vez como profesor y médico del Instituto Xavier, pero tras el Día M, vuelve a centrar su atención en una amenaza que afecta a todos los mutantes. Bueno, en realidad, a todos los mutantes y los exmutantes: la extinción de su especie. Cuando la Bruja Escarlata pronunció el hechizo “No más mutantes” borró todo rastro del Gen X no sólo en los mutantes existentes, que se convirtieron en humanos, sino también la posibilidad de que ese gen se manifestara en la estructura genética de los próximos humanos, por lo que no se ha producido ningún nacimiento de bebés mutantes desde entonces. Tiempos desesperados exigen acciones desesperadas y la Bestia está a punto de vender su alma al diablo para tratar de encontrar una solución.

Redacción: Worbbitt e IvánN Díaz.