Este "artículo" se publicó originalmente en el blog Aquí huele a azufre a principios de semana (el martes 6 de septiembre) dentro de su sección Firma invitada, en la que fui invitado (valga la redundancia) a participar. Desde aquí, mis agradecimientos a David por dejarme participar en su weblog.
Como mis amigos y conocidos comiqueros saben, hace más o menos un año que estoy comprando muchos (muchísimos) números atrasados de diversas series del Universo Marvel debido a que en mi ciudad abrieron, más bien reabrieron, la tienda de cómics y, con ella, miles de cómics de los años 90 y 80. Gracias a ello he completado huecos en series como Generación X (me faltaban 4 números), Excalibur (conseguí hasta números de la etapa Claremont – Davis), Cable, X- Man, Factor X, Nuevos Guerreros, Vengadores, Motorista Fantasma (por eso de “documentarme” de cara a la próxima película), Caballero Luna, Guardianes de la Galaxia, varios tomos de distintas series, Las historias jamás contadas de Spiderman, etc, etc… Mi visión del Universo Marvel, por tanto, ha ido creciendo paulatinamente durante estos meses, sobre todo en lo que se refiere al subuniverso mutante. Esto me ha llevado a reflexionar un poco sobre lo que nos viene encima ahora con el Reload, ya que vivimos una etapa similar a los 90 en el número de series que se publican, aunque hay muchas diferencias, para mejor, con respecto a lo que ocurrió entonces.
En los 90, las series “hot” fueron varias que se sucedieron en el tiempo: Lobezno de Hama/Silvestri, X – Force (de ROB!) y X – Men (de Jim Lee), Generación X, la Patrulla X de Madureira, la Patrulla X y los XMen de Alan Davis y Adam Kubert, Masacre… Todas ellas se vieron rodeadas por un sinfín de series y miniseries (que en esta época eran una plaga…) que contribuían a ampliar la visión de conjunto: Cable, Excalibur, X-Man, los X-Force de John Francis Moore, Maverick, Gambito, Mutante X, Alpha Flight… Lo cierto es que, puestos a analizar, resulta muy curioso que, salvo la excepción de Masacre, el Factor X de Peter David y, quizás, la de Lobezno, todas estas series eran “hot” debido a sus dibujantes: Liefeld, Lee, Bachalo, Madureira, etc. El guión no era gran cosa y la mayor parte del tiempo oscilaba entre lo malo, lo correcto y lo medianamente bueno. Y no es de extrañar, las historias eran de guionistas como Lobdell o los propios dibujantes e, incluso, Alan Davis resultó un tanto descafeinado en su etapa en la Patrulla X. Sin embargo, las historias de series como X-Force (post Liefeld), Gambito o Maverick estaban bastante bien, pero eso no les llevó a quedar en el recuerdo de los fans como las series que “molaban”. Y ya no hablemos de series como X-Man, Excalibur, Cable o Mutante X, que contaban con la mala suerte de tener historias mediocres en muchos casos y etapas de dibujantes HORROROSOS (a veces, teníamos que aguantar hasta 7 dibujantes HORROROSOS en un mismo número) que se combinaban con dibujantes correctos muy en la línea de la época (Salvador Larroca en Excalibur, Roger Cruz en X-Man, Tom Raney en Mutante X…).
Si a este panorama de series que no terminaban de despegar y de series en las que lo que imperaba era el dibujo le sumamos que fue una etapa en la que abundaron los fill – in (historias correctitas de 24/48 páginas con dibujantes, generalmente, bochornosos y/o clones baratos de ROB!, Jim Lee o quien fuera) y que las miniseries, que normalmente no eran más que historias correctas y que entretenían, brotaban como si de setas se tratara, lo cierto es que los 90 podrían parecer la peor época de las series mutantes. Y seguramente así sea. A mí es que me cuesta un poco asumir este presupuesto, no porque no lo tenga claro, sino porque quizás disfruté, y disfruto, leyendo esas historias y, salvo algunos dibujantes que me sacan de quicio, las historias me parecen interesantes. Eso sí, quizás porque las leo ahora con perspectiva (al haber comprado un gran número de cómics en este año) y me gusta mucho descubrir detalles con los que se ha jugado en la continuidad posterior. Pero bueno, éste no era el tema.
Este mes comienza en España el Reload Mutante, evento que se caracterizó en los USA por una vuelta hacia conceptos más “clásicos”, menos revolucionarios y, más que nada, por un retorno a la esencia más arraigada de los personajes. Sí, la etapa de Morrison fue una etapa excelente (salvo por algunos detalles hacia el final en los que se veía cierta desgana), pero en Marvel quisieron volver a recuperar la raíz de los personajes no se sabe por qué motivo, pero allá cada uno. Para ello, deshicieron parte de lo que Morrison había establecido y recuperaron personajes, subtramas e ideas que se habían quedado colgadas desde hacía unos tres años. También recuperaron los uniformes de colores, algo que muchos fans han criticado porque no les parece “serio” que alguien vaya por ahí vestido de amarillo, verde o rojo... como si el ir de cuero negro fuera “serio”. Y que conste que a mí me gustan los uniformes de cuero, pero, bueno, que no es más que ropa…
A lo que iba, que esto está quedando ya muy largo. El Reload tiene en común con los 90 el hecho de que volvemos a encontrarnos con tropecientas series mutantes de las cuales sólo 3 ó 4 puede clasificarse de “hot”: la Patrulla X de Claremont y Davis, el Lobezno de Millar y Romita Jr, los Xmen de Milligan y Larroca y, por supuesto, los Astonishing Xmen de Whedon y Cassaday. El resto son series mucho menos superventas, por lo cual podría parecer que son prescindibles como lo eran, en muchos casos, las series mutantes satélites de los 90. Sin embargo, quizás Marvel ha aprendido de sus errores y algunas de estas series son verdaderas joyas (obviamente, muchas no pasan de ser correctitas, pero hablo en conjunto) que dan al lector una oportunidad única hasta ahora en las series mutantes: leer distintos géneros en el universo mutante. Podemos escoger entre series más “negras” o de espías (Madrox, Mística, Distrito X, Rondador Nocturno); historias de adolescentes (Academia X, que nunca me cansaré de recomendar, X23, Infernales, Júbilo); podemos seguir las aventuras en solitario de los protagonistas de las series principales y verles afrontar nuevos retos que, en algunos casos, les cambiarán completamente (Pícara, Gambito); leer historias de corte más clásico (Excalibur); o podemos echarnos unas risas (Cable/Masacre). Toda esta gama de géneros ha cumplido, además, una interesante función: descubrir por qué series se decantaba el público y por cuáles no, lo que ha llevado al cierre de algunos títulos y a la aparición de otros gracias al éxito de historias de corte similar (como la nueva Factor X).
Por tanto, las comparaciones que se han hecho del Reload y los años 90 tienen su razón de ser en que hay muchas (demasiadas) series y, además, algunas son completamente innecesarias (que cada uno juzgue por sí mismo). Sin embargo, esta vez tenemos un panorama distinto: no todas las series parecen contar la misma historia, como pasaba en los 90, sino que prácticamente cada una de las series es distinta de las otras, ofreciendo diversos temas y acercamientos a los personajes. Por tanto, en esta ocasión, parece (y recalco el parece, que nunca se sabe cómo acabará la cosa) que lo que de verdad prima es el guión, la historia, los acontecimientos. Eso no evita que vayamos a disfrutar en los próximos meses de algunas de las páginas más interesantes de los últimos tiempos en el apartado gráfico, no obstante, Alan Davis, John Cassaday, Romita Jr., un remozado Larroca y otros autores más que correctos se encargarán del dibujo.
En definitiva, el Reload ofrece variedad y, como se dice normalmente, en la variedad está el gusto… o no… Lo cierto es que ahora lo que más me intriga es qué quedará de todo esto tras la Casa de (Brian) M (Bendis).
En los 90, las series “hot” fueron varias que se sucedieron en el tiempo: Lobezno de Hama/Silvestri, X – Force (de ROB!) y X – Men (de Jim Lee), Generación X, la Patrulla X de Madureira, la Patrulla X y los XMen de Alan Davis y Adam Kubert, Masacre… Todas ellas se vieron rodeadas por un sinfín de series y miniseries (que en esta época eran una plaga…) que contribuían a ampliar la visión de conjunto: Cable, Excalibur, X-Man, los X-Force de John Francis Moore, Maverick, Gambito, Mutante X, Alpha Flight… Lo cierto es que, puestos a analizar, resulta muy curioso que, salvo la excepción de Masacre, el Factor X de Peter David y, quizás, la de Lobezno, todas estas series eran “hot” debido a sus dibujantes: Liefeld, Lee, Bachalo, Madureira, etc. El guión no era gran cosa y la mayor parte del tiempo oscilaba entre lo malo, lo correcto y lo medianamente bueno. Y no es de extrañar, las historias eran de guionistas como Lobdell o los propios dibujantes e, incluso, Alan Davis resultó un tanto descafeinado en su etapa en la Patrulla X. Sin embargo, las historias de series como X-Force (post Liefeld), Gambito o Maverick estaban bastante bien, pero eso no les llevó a quedar en el recuerdo de los fans como las series que “molaban”. Y ya no hablemos de series como X-Man, Excalibur, Cable o Mutante X, que contaban con la mala suerte de tener historias mediocres en muchos casos y etapas de dibujantes HORROROSOS (a veces, teníamos que aguantar hasta 7 dibujantes HORROROSOS en un mismo número) que se combinaban con dibujantes correctos muy en la línea de la época (Salvador Larroca en Excalibur, Roger Cruz en X-Man, Tom Raney en Mutante X…).
Si a este panorama de series que no terminaban de despegar y de series en las que lo que imperaba era el dibujo le sumamos que fue una etapa en la que abundaron los fill – in (historias correctitas de 24/48 páginas con dibujantes, generalmente, bochornosos y/o clones baratos de ROB!, Jim Lee o quien fuera) y que las miniseries, que normalmente no eran más que historias correctas y que entretenían, brotaban como si de setas se tratara, lo cierto es que los 90 podrían parecer la peor época de las series mutantes. Y seguramente así sea. A mí es que me cuesta un poco asumir este presupuesto, no porque no lo tenga claro, sino porque quizás disfruté, y disfruto, leyendo esas historias y, salvo algunos dibujantes que me sacan de quicio, las historias me parecen interesantes. Eso sí, quizás porque las leo ahora con perspectiva (al haber comprado un gran número de cómics en este año) y me gusta mucho descubrir detalles con los que se ha jugado en la continuidad posterior. Pero bueno, éste no era el tema.
Este mes comienza en España el Reload Mutante, evento que se caracterizó en los USA por una vuelta hacia conceptos más “clásicos”, menos revolucionarios y, más que nada, por un retorno a la esencia más arraigada de los personajes. Sí, la etapa de Morrison fue una etapa excelente (salvo por algunos detalles hacia el final en los que se veía cierta desgana), pero en Marvel quisieron volver a recuperar la raíz de los personajes no se sabe por qué motivo, pero allá cada uno. Para ello, deshicieron parte de lo que Morrison había establecido y recuperaron personajes, subtramas e ideas que se habían quedado colgadas desde hacía unos tres años. También recuperaron los uniformes de colores, algo que muchos fans han criticado porque no les parece “serio” que alguien vaya por ahí vestido de amarillo, verde o rojo... como si el ir de cuero negro fuera “serio”. Y que conste que a mí me gustan los uniformes de cuero, pero, bueno, que no es más que ropa…
A lo que iba, que esto está quedando ya muy largo. El Reload tiene en común con los 90 el hecho de que volvemos a encontrarnos con tropecientas series mutantes de las cuales sólo 3 ó 4 puede clasificarse de “hot”: la Patrulla X de Claremont y Davis, el Lobezno de Millar y Romita Jr, los Xmen de Milligan y Larroca y, por supuesto, los Astonishing Xmen de Whedon y Cassaday. El resto son series mucho menos superventas, por lo cual podría parecer que son prescindibles como lo eran, en muchos casos, las series mutantes satélites de los 90. Sin embargo, quizás Marvel ha aprendido de sus errores y algunas de estas series son verdaderas joyas (obviamente, muchas no pasan de ser correctitas, pero hablo en conjunto) que dan al lector una oportunidad única hasta ahora en las series mutantes: leer distintos géneros en el universo mutante. Podemos escoger entre series más “negras” o de espías (Madrox, Mística, Distrito X, Rondador Nocturno); historias de adolescentes (Academia X, que nunca me cansaré de recomendar, X23, Infernales, Júbilo); podemos seguir las aventuras en solitario de los protagonistas de las series principales y verles afrontar nuevos retos que, en algunos casos, les cambiarán completamente (Pícara, Gambito); leer historias de corte más clásico (Excalibur); o podemos echarnos unas risas (Cable/Masacre). Toda esta gama de géneros ha cumplido, además, una interesante función: descubrir por qué series se decantaba el público y por cuáles no, lo que ha llevado al cierre de algunos títulos y a la aparición de otros gracias al éxito de historias de corte similar (como la nueva Factor X).
Por tanto, las comparaciones que se han hecho del Reload y los años 90 tienen su razón de ser en que hay muchas (demasiadas) series y, además, algunas son completamente innecesarias (que cada uno juzgue por sí mismo). Sin embargo, esta vez tenemos un panorama distinto: no todas las series parecen contar la misma historia, como pasaba en los 90, sino que prácticamente cada una de las series es distinta de las otras, ofreciendo diversos temas y acercamientos a los personajes. Por tanto, en esta ocasión, parece (y recalco el parece, que nunca se sabe cómo acabará la cosa) que lo que de verdad prima es el guión, la historia, los acontecimientos. Eso no evita que vayamos a disfrutar en los próximos meses de algunas de las páginas más interesantes de los últimos tiempos en el apartado gráfico, no obstante, Alan Davis, John Cassaday, Romita Jr., un remozado Larroca y otros autores más que correctos se encargarán del dibujo.
En definitiva, el Reload ofrece variedad y, como se dice normalmente, en la variedad está el gusto… o no… Lo cierto es que ahora lo que más me intriga es qué quedará de todo esto tras la Casa de (Brian) M (Bendis).
4 comentarios:
Mil gracias a ti, Iván!Por la calidad del texto y por haber aceptado mi invitación! :)
Un saludo!
David
Pues como dejé ya un comentario en el blog de rondador por este estupendo artículo, que menos que dejarlo tambien en el tuyo, el cual acabo de descubrir y voy a agregar en mi lista de links.
Si señor, todo un hallazgo pa los que necesitamos aprender ( e incluso reaprender) un montonazo de cosas.
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